jueves, 25 de septiembre de 2008

Sobre Lavadoras

09/02/2008

Creo que no es necesario decir que el pasar del comodísimo mundo en el cual a uno le preparan la comida, lavan la ropa, limpian la casa (etc), a aquel donde todo esto (y más) debe ser hecho por uno mismo, es toda una experiencia. No estoy seguro si lo que mas recordaré de toda esta etapa fuera de Perú serán mis accidentados viajes, o las anécdotas en el momento de cocinar, lavar, y demás...

Claro, si nos referimos a lo que menos recordaré, las experiencias académicas se llevan el primer premio con una clara ventaja sobre todo otro tipo de experiencia. Pero hoy no quiero hablar de eso.

Hoy quiero hablar de la lavandería.
¡No! ¡Deténganse! ¡¡¡¡No cierren esta ventana!!!! ¡¡¡No llamen al medico, no me he vuelto loco!!!

Está bien, está bien, no me he vuelto MÁS loco.
Es que es verdad. Una particularidad sobre el sitio donde uno vive es cómo hace para lavar su ropa en él. ¡Y tengo pruebas fehacientes de ello!
Denme un rato mientras busco "fehaciente" en el diccionario... Ok.
Pues lo mismo, ¡tengo pruebas fehacientes de ello!

Mi primera experiencia con la lavadora fue en Inglaterra, en la casa que compartí con los seis chinos. Ahí, una de las cosas mas importantes que aprendí fue que el filtro de la lavadora debe ser limpiado. Y seguido. Especialmente si vives con seis chinos.
En futuras lavadoras nunca encontré lo que vi esa espantosa primera vez, cuando descubrí que nuestra lavadora no funcionaba porque el filtro simplemente tenía demasiadas cosas atascadas. Al abrirlo, encontré hasta monedas. Y monedas es lo mas light, porque si les contara el resto de cosas que encontré, optarían por el suicido. Una experiencia igualable a un encuentro con el mismo Cthulu.
Lindísima primera experiencia.

No obstante, el cambio de filtro no fue suficiente. Definitivamente mejoró su rendimiento, pero no al 100%. Fue tiempo después que me enteré la razón de esto, y entré así al fascinante mundo de la psicología lavadórica (esta no la buscaré en el diccionario).
Resulta que un año antes, esta lavadora era una lavadora común y corriente, feliz de su condición y sin intenciones de cambiarla. Hacía su trabajo, y lo hacía bien.
Hasta que llego el estudiante egipcio.

A este chico lo conocí. Entre otras cosas, se caracterizaba por su extremadamente fuerte odor, y su fútil intento de esconderlo usando dos litros de colonia diarios. Grande fue el susto que recibió la pobre lavadora al enterarse que este ser iba a vivir en esa casa, y que ella tendría que lavarle la ropa.
Los chinos me contaron que la batalla fue épica. No obstante, por más que lo intentó, nuestra heroica lavadora no logró quitar esta mezcla de olores a las prendas del egipcio. Peor aun, la ropa dejó a la lavadora oliendo tan mal como el mismo egipcio.
Imagínense la situación. La razón de la existencia de una lavadora es limpiar y quitar olores. Esta vez no sólo había fracasado, sino que su oponente se había burlado terriblemente de ella. Dicen los chinos que necesitaron lavar a la lavadora como dos o tres veces para que deje de oler. Pero desde allí dejó de funcionar igual que antes.
No sé. Yo la comprendí muy bien a la pobre, y no volví a exigirle tanto.

La siguiente experiencia no tiene este tipo anécdotas. Fue en la segunda casa en Cambridge. Ahí simplemente descubrí que estaba haciendo algo mal. Mientras yo iba más o menos tres veces a la semana a lavar la ropa, el resto de gente iba solo una. "Qué cochina es la gente aquí," pensaba yo todas las semanas, mientras regresaba con mi tercer cargamento de ropa. Pero luego de un par de meses, entendí lo que ocurría.
A pesar que parezca una (otra) locura, esto se justifica perfectamente en mi insistente rechazo a las secadoras, luego del maltrato que observé luego de un par de secadas. Y considerando que no me gusta ir a comprar ropa (y por lo general no tengo dinero para ello), ¡¡¡tenía que cuidar la que tenia!!!
Ergo, si no iba a usar secadoras, tenía que colgar la ropa. Y para esto sólo tenía mi cuarto. Y en este sólo entraba una tanda de ropa colgada.
Y ya pues, al separar blancos de colores, ya tenía asegurada por lo menos dos visitas a la lavandería cada semana. La tercera la hacía cuando lavaba las toallas y sábanas, que generalmente ocupaban todo el espacio disponible en el cuarto... En esos momentos, sólo me faltaban las chicas y la arena para tener mi propio harem.
Nunca supe si esta actitud era exagerada o no. Se que puede llegar a ser peor, he conocido entes que sí son exagerados, algunos que hasta planchan las toallas, "porque quedan mas suaves." En fin...

En Valencia las cosas fueron algo mas balanceadas. Con un tendedero externo grande, pude disminuir la densidad de lavadas por semana. Ahora, eso me hizo descubrir los horrores relacionados a los tendederos externos.
Uno de estos horrores, por ejemplo, se daba cuando Valencia era inundada por los "olores autóctonos" de la huerta, análogo al olor a harina de pescado que llena a Lima cada par de meses. Y si la ropa está colgada afuera, resulta que es expuesta a estos olores autóctonos. A veces absorbiéndolos. Horror de horrores.
Consideré luego las ventajas de un tendedero interno, después que lloviera por semana y media sin parar. Esa vez se me acumuló la ropa fregado.

No obstante, la acumulación de experiencias estaba dando frutos.
Para cuando llegué a Padova, sabía ya que mi vieja ropa colorida estaba lo suficientemente desgastada como para poderse lavar junto con los blancos. Y que realmente no era necesario usar tanto detergente como lo dice la caja (¡¡¡malditos ladrones!!!). Aprendí a graduar las secadoras, brutalmente útil en la época de lluvia. Descubrí que siempre es bueno dejar la puerta de la lavadora abierta por un par de horas, para evitar la formación de hongos. Chasa conmigo.

Si, lo admito. Me volví un lavador confiado. Me creía experto. Todas estas experiencias me hicieron arrogante en el sector "lavandería" (los que quieran extender este comentario a otros sectores, por favor abstenerse), estaba seguro que sabía lo más importante sobre lavar, y que lo hacía bien.

Claro. Hasta que recibí un regalo bravazo procedente de Madre de Dios (departamento de Perú), un polo rojo como un tomate con figuritas selváticas. Chévere.
Lamentablemente, no tomé en cuenta que esta prenda era nueva, y que podría teñir.
Ya no creo ser arrogante en la lavandería. El nuevo color rosado de mi ropa interior ha logrado que recapacite.
'Cha mare...

sábado, 20 de septiembre de 2008

Tres Meses de Pasticcio

05/12/2007

Creo que al llegar a Valencia le caí mal a mis jefes.
No estoy seguro de esto. Es más, ¡lo dudo mucho! Pero pocas explicaciones encuentro luego de esta experiencia trascendental llamada "Estancia en Padova."

Ok, ok, separemos experiencias. Por un lado uno puede tener experiencias académicas. Por otro lado, uno puede tener experiencias culturales. Experiencias sociales. Si uno hace un esfuerzo, puede venirse con mil y un diferentes formas de separar todo lo que pasa en su vida. Pregúntenle a los psicólogos, son expertos en ello.
¡Y no, no creo necesitar uno!

Pues bien. Consideremos lo que viene a ser una "estancia" dentro de un programa de estudios. Básicamente lo entendería como una colaboración con un grupo de investigación de otra universidad. Por ende, el motivo de una estancia es el de tener, estrictamente, una experiencia académica.
Cualquier otro tipo de experiencia depende del usuario.
¿Todos de acuerdo? Chévere.

Pues yo creo que mis jefes de Valencia me querían dar un castigo. O algo.
¡Porque de académica, esta experiencia no tuvo nada!!

Resulta que las profecías de mis amigos experimentados era ciertas. Con il Maestro no se trabaja niente. Nothing. Res. Pero nada de nada. Al llegar a la universidad, hace ya tres meses, me dieron mi oficina. Y eso fue tutto. Everything. Tot.
¡De allí casi no lo volví a ver! Pero bueno, eso era mas o menos lo esperado. Se podría decir que estaba psicológicamente preparado para ello. (Uno puede entender que este mensaje será muy profundo, ya que he mencionado la psicología dos veces ya, ¡prepárense!)
¿Entonces? ¿Que más pasó? ¿¿¿Por qué me quejo???

Ok, pa' empezar, no me vengan, soy peruano, nos encanta quejarnos de las cosas. Pero motivos no me faltan. Veamos...

La oficina era de tres personas. Y en esa oficina, eramos cuatro.
Sí, me dieron el sitio de otra persona. "No te preocupes, ella nunca viene," dijeron, con confianza. ¿Y en qué se basaba esta confianza?
Pues ella era alumna de il Maestro.
Claaaro, ¿pa' que va a venir?
Pero la subestimaron. Y vino. Varias veces. Y ahí 'taba yo, sentado en su sitio, diciéndole "lo sieeeentoooooooo" (ok, tal vez no así), mientras ella usaba su laptop en una mesita libre por allí.
Sí, sí, al final podría haberme movido yo. Total, la computadora que me dieron no funcionaba, así que yo podía mover mi laptop también. Pero parece que a la pobre la habían acostumbrado a esas cosas. Mi dispiace, ma non so che cosa fare!
Noten, por favor, que he mencionado que la computadora que me dieron no funcionaba. Es decir, ¡ya se esperaba que no hiciera nada!

La idea principal al llegar a Padova era encontrar un postdoc u otro profesor con quien trabajar. El primer día comí con tres de ellos. Luego de un tiempo, les pregunté: "Bueno, y ustedes qué hacen?" Ok, ok, un poquito menos directo, pero el mensaje era ese. Se miraron con una cara de "Este problema no lo resuelvo yo" y dijeron al mismo tiempo "Cosas generales."
Su explicitud fue abrumadora.
Uno de ellos, buena gente, me dice "¿Y tú que haces?"
Respondo como por cinco minutos, dándoles una idea de a dónde estaba dirigido mi tema de tesis.
Se miraron con una cara de "Este problema no lo resuelvo yo" y dijeron al mismo tiempo "Ah."
Genial. El porco Plan B no funciono.
¡Y no había un Plan C!

La comida con los profesores y postdocs llegó luego a un punto crítico, cuando llegó uno de apellido Rigolin. Venía de Madrid, y yo no se qué le habrán hecho los madrileños, que apenas se enteró que vivía en España dijo "¡¡¡¡A este todos le tienen que hablar en italiano, que si no, no aprende!!!!"
Ma che cosa dire???
Así que a partir de entonces dejé de enterarme de qué hablaban a la hora de la comida.
Peor fue cuando, debido a mi falta de participación en la conversación, me dejaron de pasar la voz para ir a comer.
Lindos.
No se si vengarme de Rigolin o de los madrileños.

Sí, los dos primeros meses casi fueron fatales. Quien me salvó fue mi amigo de piso, Alfredo, mexicano (¡'cha que ahora hablo como chilango, güey!), quien aprovechaba sus fines de semana al máximo, visitando todos los pueblecitos y demás de alrededor. Así que me uní al tour.
¡Y carambas, ahora tengo más fotos de Padova que de Valencia! Hemos visto una cantidad de ciudades y pueblos...
Claro, cada tour tuvo también su gracia. En Monselice nos pasamos media hora encontrando el camino (¡pero qué camino!). En Venezia estuvimos media hora sentados en una expo de la Bienalle (esa vez si llegué) frente a una pantalla de cine donde mostraban gente mirándonos de vuelta (sin embargo, las interpretaciones posteriores fueron dignas de una buena fumada). En Battaglia Terme nos mandaron a cruzar tierra de cultivo (aunque el castillo de por allí fue realmente espectacular). En Bologna casi nos da pulmonía (¡pero nos vimos toda la ciudad!). En Belluno y Cortina d'Ampezzo estuvimos viajando 7 horas, para caminar solo dos (¡pero qué fotos!). Y en Ferrara nos cayó lluvia a un nivel nunca antes visto (¡pero tuvimos un guía espectacular, y una comida brutalmente buena!).
Así que los fines de semana, excelentes.

Aprovechando que me salgo del tema académico, quiero comentar que las bicicletas son otra cosa espeluznante de Italia. Pensé que Lima me habría entrenado en el arte de evitar buses y no ser considerado como existente por los demás medios de transporte. Pero aquí... lo curioso es que a pesar de ser aquí las cosas similares a Lima, los ciclistas se manejan bien en este sistema.
Nunca antes en mi vida había visto a una viejita en bicicleta pasarme a tanta velocidad, y moverse a través de los buses con tanta destreza. Lo mismo las señoras con los niñitos en las sillas de atrás.
Que miedo.

Noviembre mejoró en comparación al resto de meses. Además del surgimiento de una mayor vida juerguera dentro de la residencia (que en Setiembre estuvo casi vacía), llegaron a la facultad Alicia y Jae-hyeon. Ellos, como yo, fueron terriblemente aislados por la italocracia dominante, así que implícitamente hicimos nuestro club de rechazados. Pero chévere. Resultó que Jae-hyeon trabaja en cosas similares a las que yo voy a trabajar, y se vislumbra una posible colaboración en el futuro. Y Alicia... bueno, ella recibió el apodo de "Cazavampiros," lo demás lo dejo a su imaginación.
'Cha que me voy a meter en problemas por esto....

Así que no me puedo quejar. Incluso por el lado académico, tuve la suerte de colaborar vía correo electrónico con Lorenzo, quien estuvo antes en Valencia (¡¡¡sí, el responsable de que tomáramos el tren equivocado en Alemania!!!). Así que tampoco me he rascado la panza todos estos tres meses.
No puedo decir que tengo mala suerte (ok, olvidemos el viaje a Venezia por un momento).
No me han atrapado hackeando la red de la mi universidad, ni he sido enjuiciado por ello.
No perdí el último tren de Venezia a Padova, viéndome obligado a dormir en una estación de vaporetto.
No me he quedado encerrado cuatro veces en un ascensor, y no me he quedado encerrado toda la noche dentro de uno.
No he perdido la visión momentáneamente al golpearme la cabeza luego de tropezarme conmigo mismo mientras le hacia maromas a mi perro.
Regresándome a Valencia, realmente me dí cuenta que tengo mucha suerte.
¡Por lo menos estaba regresando a un país donde podía hablar con desconocidos!

Al darme cuenta de esto, me emocioné mucho. En el vuelo a Madrid, hablé en español con el señor sentado junto a mi (a pesar que era italiano). En el aeropuerto de Madrid, hasta me atreví a proponer el reorganizar la cola de forma que el tránsito de la gente fuera mas eficiente. ¡Y me hicieron caso!
Estaba muy emocionado.
La apoteosis de esta emoción se dio al tomar el taxi, en Valencia:

"¡Buenos días! ¡A la calle Padre Urbano, por favor!"
"..."
"¡En Valencia!"
"..."
"Queda por..."
"Sí, sí, doblando a la derecha en Sagunto."
"¡Sí, eso!"
"..."
"¡Qué calor que hace!"
"Mmmmm."
"...."
"..."

'Cha mare.

sábado, 13 de septiembre de 2008

La Biennale di Venezia

10/11/2007

Estimado Sr / Sra / Srta,

Nuestra agencia de viajes Porca Padova se acerca a Ud para hacerle conocer nuestro nuevo Paquete Viajero:

La Biennale di Venezia

Este nuevo paquete de Porca Padova le ofrece una nueva forma de hacer turismo, disponible sólo a estudiantes residentes en Padua que no hablan italiano.. como Ud.
Le hacemos recordar que La Biennale es una de las exposiciones de arte mas grandes en Europa, contando con la presencia de artistas de diversas partes del mundo. Estando ya en su edición numero 52, sería lamentable que se la pierda, especialmente encontrándose Ud tan cerca de Venecia!
Por ello... ¡anímese! Adquiera nuestro Paquete Viajero y acompáñenos a la fantástica Venecia.

En el Paquete Viajero usted cumplirá con el siguiente programa:

1. Cuatro días antes, se pasará horas en internet bajándose mapas de Venecia con la ubicación de todas las exposiciones en la ciudad.

2. Tres días antes, tachará todas las exposiciones cerradas en el día de su visita, y marcará aquellas particularmente interesantes.

3. Dos días antes, ideará un itinerario mental de su viaje, optimizando el recorrido de forma que pueda ver la mayor cantidad de exposiciones dentro de su corta estancia.

4. El día anterior, su compañero de viajes le indicará que no lo acompañará por cuestiones de trabajo. Y no importa cuánto se esfuerce, no encontrará a nadie mas con quien viajar.

5. El día del viaje, obstinado, decidirá ir solo. Llegará a la estación de tren a las 11:20 am.

6. Luego de perder el tren de las 11:28 am, tomará el tren de las 11:32 am.

7. Notará la gran cantidad de trenes disponibles para su viaje. ¡¡¡¡Es por esto que Porca Padova es una de las mejores agencias en el Véneto!!!!

8. El tren tendrá cinco paradas antes de llegar a Venecia. No obstante, en la cuarta parada se detendrá misteriosamente.

9. Después de diez minutos detenidos, llegará una señorita de nuestra agencia, disfrazada como empleada de la compañía ferroviaria, y anunciará complicaciones en la línea del tren. Ofrecerá, no obstante, una atractiva alternativa para llegar, llamada bus.

10. Le dirán que Ud tiene que esperar quince minutos en la estación hasta que llegue el bus. Notará que la estación se llama Mira-Mirano. Aparentemente el poblado inicial fue cortado en dos por la línea, y ambas partes declararon su independencia. Por ende, al este de la estación Ud estará en Mira, y al oeste Ud estará en Mirano.

¡¡¡¡Porca Padova, contribuyendo siempre al desarrollo cultural de sus clientes!!!!

11. Luego de 35 minutos de espera, se unirá a la horda de furiosos italianos exigiendo una solución a su problema. En estos momentos, le frustrará no entender qué demonios ocurre, y no le quedará otra que seguir al grupo mas grande.

12. Eventualmente, descubrirá que se ha cortado el fluido eléctrico entre Mira-Mirano y Mestre (la estación anterior a Venecia). La solución será sencilla y bizarra a la vez: el tren regresará a la estación anterior, cambiará al carril opuesto, y avanzará por allí hasta llegar a Venecia.

13. Por unos cuantos momentos, se preocupará por un eventual choque entre trenes moviéndose en direcciones opuestas. Especialmente considerando que Ud se encuentra en la assurda Italia.

14. Sin embargo, un señor de nuestra agencia, disfrazado esta vez como pasajero (¡Porca Padova está en todas partes!) sugerirá tomar un tren regional de vuelta a Padua, para luego cambiar a un velocísimo EuroStar, que lo dejara en Venecia antes de que encuentre un asiento libre en segunda clase.

15. Esta nueva propuesta le parecerá mas razonable que la primera, ya que los EuroStar tienen su propio carril. Sin entender la respuesta de "la empleada ferroviaria", verá un grupo grande de italianos, encabezado por "el pasajero", tomar el siguiente tren regional con destino a Padua. Ud elegirá a "el pasajero" como líder, y se ajustará a su plan.

16. Dentro del tren de vuelta, escuchando la inconsistente forma de hablar de "el pasajero", se dará cuenta del terrible error que ha cometido.

¡¡¡¡Porca Padova, manteniendo siempre el suspenso al máximo!!!!
(La agencia no se responsabiliza por el estado de salud de sus clientes luego del viaje)

17. En Padua, estará 20 minutos junto con el mismo grupo de italianos furiosos, dentro de las oficinas de atención al cliente, donde verá cómo exigen un ticket de tren a Venecia en EuroStar... y verá cómo los botan a patadas a la calle.

18. Sin saber por qué, lo intentarán nuevamente, y Ud correrá con el mismo grupo de italianos hacia el próximo tren regional a Venecia. Aparentemente se espera que este nuevo tren siga la estrategia del antiguo: ir por el carril opuesto.

19. Luego de partir, mirará a su alrededor, y notará que el grupo con quien estaba se bajó del tren antes que este partiera.

20. Una estación antes de Mira-Mirano, llamada Dolo, el tren se detendrá. Por 15 minutos.

20. Sumando 2 + 2 = 4, y escuchando a pasajeros comentar que hay problemas con la línea, decidirá mandar al diablo a la Biennale di Venezia, y conocerá Dolo.

21. Al bajarse, encontrará una tabaccheria, y comprara allí su billete de regreso a Padua, por si las moscas.

22. Al salir de la tabaccheria, descubrirá que el tren donde Ud estaba ha partido ya.

23. No encontrará nada en el sitio donde se encuentra. Regresará a la tabaccheria y preguntará dónde se encuentra el centro.

24. Luego de ser mirado con lástima, se le informará que realmente no está en Dolo, que Dolo está a 3 kilómetros de la estación.

¡¡¡¡Porca Padova, siempre sensibles a sus dificultades!!!!

25. Decidirá caminar a Dolo. Verá una estación de bus, con gente esperando, pero harto del sistema de transportes italiano, seguirá caminando.

26. Descubrirá que el camino a Dolo, al costado de la carretera, se encuentra en reparaciones, por lo cual no podrá llegar.

27. Dándose la vuelta, verá el bus a Dolo recogiendo a todos los pasajeros y partiendo antes que Ud pueda llegar a la estación.

28. Derrotado, y con hambre, tomará el siguiente tren de vuelta a Padua.

29. En Padua comprará pollo "broster" para comer. Descubrirá que su horno ya no funciona, pero si el grill, que nunca ha usado en su vida.

30. Quemará el pollo... se irá a dormir a las 6:00 pm.

Si el Paquete Viajero La Biennale di Venezia la parece a Ud tan espectacular como a nosotros, no dude en contactarse en cualquiera de nuestras agencias. Ud ya lo sabe, ¡¡¡Porca Padova está en todas partes!!!

¡Y no olvide que nuestros Paquetes Viajeros clásicos siguen en vigencia! Entre ellos, destacamos:

- Incidente en Automobile in Verona.
- La Salama Assassina di Ferrara.
- Freddo spaventoso in Bologna.
- Sei ore en bus a li Dolomite, per quindichi minuti di camminata.


¡¡¡¡Porca Padova, la mejor agencia de viajes en el Véneto!!!!

lunes, 8 de septiembre de 2008

No parlo ni capito!

08/09/2007

Si, si, sé que el título de este post está mal. No obstante, me parece una buena forma de reflejar mi estado actual.
Sé que el título está mal, ¡pero no tengo la mas mínima idea de cómo ponerlo bien! Es más, no sé por dónde está mal el título. ¿Tal vez debería ser un 'No parlo ni capisco'? ¿O simplemente un 'Io no parlo niente'? ¿O 'No capito niente'?
Mia idea e ausenti.

¿Por qué arremeto esta vez contra el italiano? Quien haya leído uno de mis posts anteriores, además de ser candidato a mártir, podría empezar a pensar que tengo una especie de trauma con cualquier cosa que no sea español e inglés. Y bueno, no estaría muy lejos de tener razón, pero esa no es la razón por la cual ahora intento parlare este idioma.
La razone e otra.

Resulta que me encuentro en Padua, Italia. La vida me ha mandado por acá por unos tres meses, en una colaboración con un ilustre profesor, a quien se le suele denominar il Maestro. Chasa. Claro, la ironía en dicha denominación se rebalsa, pero no voy a ahondar en eso en este momento.
La oportunitá delle ahondamientti arriva en due secondi.

Quería aprovechar este post pa' contarles mis primeros días en Padua. Sé que ustedes se preocupan mucho por mi y mi estado mental, especialmente luego de los últimos posts que he enviado, así que quería mandarles noticias para que estén tranquilos.
E un objettivo molto nobile, io sono preocupatto por sua tranquilidade.

El viaje lamentablemente empezó mal. Dentro de mis razonamientos majestuosos, decidí no dormir antes del viaje. Mi vuelo salía a las 6 am, tenía que estar a las 4 am en el aeropuerto, por lo cual debía llamar al taxi a las 3:30 am. Así que no valía la pena. Esta estrategia había sido muy exitosa en situaciones similares, como en los viajes de Lima a Cambridge o el de Lima a Valencia, así que decidí seguirla. Claro, un pequeño detalle que no tomé en cuenta, hasta que ya fue muy tarde, fue que entre Sudamérica y Europa hay unas 18 horas de vuelo donde se puede dormir, mientras que entre España e Italia sólo dos.
Porca miseria.

En fin. Llegué al mostrador de Iberia a las 4 am, con mis varios kilos de peso extra, para enterarme que en vez de cobrar cinco o siete euros por kilo de sobrepeso, cobraban catorce. Mi grito de indignación lo debe de haber escuchado hasta il Maestro.
La información ambigua de la pagina web de la porca Iberia me había obligado a hacer un super-cálculo para saber la cantidad exacta de kilos extra que podía llevar. Para conservarlos como amigos, no daré detalles de este. Y bueno, el precio final básicamente duplicó mi mayor expectativa.
E una vergogna de proporzionne inimaginabili.

Pero bueno... El viaje ni lo sentí, obviamente. Es más, no recuerdo bien el intermedio entre el abordar el avión en Valencia y bajarme del bus en Padua. Tal vez lo he bloqueado a propósito. Tan solo recuerdo, al bajar del bus, no tener la mas mínima idea de qué hacer. Me acerqué al conductor del bus:
- Scuze, parla espagnole?
- No.
- Parla anglese?
- No.
'Cha mare.

- Une taxi, por favore?
La respuesta se podría describir perfectamente en inglés, con el término "gibberish."
- Grazie mille.

Al final encontré la estación de taxis y tomé un taxi.
- Via Marzolo, por favore.
- Gibberish.
- Per la via Chiesanuova.
Asumo que habré hecho todo ok, porque arrancó el taxi y me llevó al sitio. Al llegar, el taxista me preguntó, en ingles, qué número buscaba. Yo, imbécil, en vez de responderle "nine" le respondí "nove."
Más gibberish. Genial.
No parla italiano si tu no capita!

Pues nada. Me bajé con mis dos maletotas (con sobrepeso), y vi que la puerta del edificio tenía un sticker diciendo "Residenza Galileo Galilei". ¡Había llegado! Después de todo el trauma en el taxi, ¡estaba en casa! Entré feliz, casi corriendo, al edificio y encontré... dos ascensores. Y nada más. Ningún letrero. Ninguna indicación.
Benvenuto a la Italia.

Llamé al ascensor. Al abrirse vi, miraculo milagroso, un papelito pegado. En él, descubrí que a los pisos les dicen "piano". Me pregunté por un momento cómo llamaban a los pianos, pero mi situación me distrajo rápidamente de tan profunda duda. Aparentemente, la residencia esta operaba en el 4to, 5to y 6to piano. O piani. Ni idea. Y en el 6to piso se encontraba la "segretaria".
Spettacolare.

Subí al 6to piso. Una flecha apuntaba a la derecha, y decía "segretaria". Recorrí, con mis dos maletotas (ruidosas), todo el pasillo, llegué al final... y no había segretaria. Luego de investigar profundamente la flecha, vi que también indicaba la ubicación de las habitaciones de la 602 a la 615. Y había una habitación 601, ¡¡¡así que esa debía ser la segretaria!!! Orgullosísimo de mi raciocinio, toqué el timbre de la habitación 601.
Y nadie abrió.
Spettacolarisimo.

Después de una hora y media de jalar maletotas, encontré al portero, quien me dio mis llaves.
Quisiera hacer énfasis en que nunca más lo volví a ver. ¡Así que me debería considerar afortunado de tener dónde dormir ahora!
Molto grazie, signore porteri.

El resto del la semana (en versión resumida) no ha sido tan crítica. Aunque me siento medio cavernícola. Al entrar a las tiendas, por ejemplo, ya no digo "Me podría dar un ticket de bus, por favor?" sino más bien entro y grito "¡Bigletti de busse!"
En el supermercado ya aprendí que empiezo diciendo "No," porque lo primero que me preguntan es si tengo la tarjeta del supermercado (el primer encuentro fue algo chistoso). Claro, eso no funcionó tan bien la ultima vez, creo que me preguntaron primero si quería una bolsa... No se que habrá pasado con las tarjetas.
O fácil era un empleado nuevo...
Molto stragno, io no capito niente.

El comportamiento de la gente es algo curioso también, pero no he visto suficiente como para poder dar una buena descripción... Básicamente la gente (de sexo opuesto) se mira con una intensidad apreciable, como si compartieran un plan secreto. O tal vez no tan secreto... Un poco intimidante, tengo que admitir.
Qui sucede qui?

Con respecto al departamento de física... está bien. Mi encuentro con il Maestro fue lo esperado. Me recibió muy bien, me presentó a varias personas, me dio mi oficina... y desapareció. Me propuso hablar de física más tarde... pero aparentemente ese "más tarde" se refería a "de aquí a dos meses y medio." Como dije, lo esperado.
Pero es bueno estar colaborando con él. Por ejemplo, quería sacar un libro de la biblioteca, e inicialmente me miraron de forma sospechosa. Me preguntaron con quién trabajaba, y cuando les dí el sacrosanto nombre de il Maestro, inmediatamente sonrieron, me dieron el libro, sonrieron más, me dijeron que me lo quedara hasta cuando quisiera, me dieron indicaciones importantes, sonrieron aun más... casi me ofrecen el sanguche que tenían en la mesa.
Il Maestro e molto importante.

Bueno. Este mensaje esta ya molto lungo, así que diré arrivederchi. Padua es bellisima, y probablemente dé más que decir de aquí a tres meses. Será hasta entonces, deséenme suerte, ¡¡¡que la voy a necesitar todita!!!

Ciao!