Este viene a ser el post número 100 del blog. Cien aventuras en casi ocho años. Supongo que toca un post reflexivo, la verdad no vendría nada mal, después de todas las pavadas que les cuento cada mes.
Hace varias semanas llevo pensando qué decir. Cien posts son muchos. La primera idea que se me vino a la mente era reflexionar sobre el blog en sí, y hacia dónde iría en el futuro próximo. Y sí, lo haré, pero no me quedaré ahí. Hace unos días me he enterado de una noticia un poco fuerte, y supongo que la comentaré también.
Anyway, les hago el update de mi situación. Me encuentro nuevamente en Ginebra, y el plan es quedarme acá hasta fin de año. Luego, me mudaré a Valencia por unos meses, con el fin de terminar mi trabajo en el IFIC. Y luego, la idea era regresar a Perú, para incorporarme a la PUCP como profesor investigador. Ese fue más o menos mi plan desde que salí hacia Inglaterra en el 2005, y lo ha sido en todo este tiempo. Regresar a Perú, y ayudar a llevar adelante la investigación en física teórica dentro del país.
En ese momento, sería muy probable que cierre el blog.
La verdad, cerrar el blog en ese momento sería apropiado. Creo haberlo dicho antes, pero el título del blog, "El Vacío Metaestable," hace referencia a mi vida fuera de Lima. No recuerdo si llegué a explicarlo antes, pero lo volveré a hacer. Sí señores, en este blog finalmente se hablará de física.
En física teórica, cuando uno habla del vacío de un sistema, se refiere al estado con menor energía de este. Este estado es estable, es decir, si el sistema se encuentra en este estado, no querrá salir de él.
Ahora, un vacío metaestable es un estado del sistema que no es el de menor energía, pero que tampoco es inestable. Es una especie de intermedio. Un "falso vacío," si quieren, un estado en donde se percibe una estabilidad que al final es falsa.
Así era como yo veía mi vida como doctorando, y luego como postdoc. Un sitio que se percibía estable, donde me encontraba bien, pero que al final era transitorio. No necesariamente falso, pero definitivamente no permanente.
Alucinen la fumada que me tuve que mandar para llegar a esta metáfora, eh. Ni Sir John Ellis, con sus pinguinos.
Anyway, tomando esto en cuenta, tenía mucho sentido cerrar el blog cuando regresara a Perú. En ese momento, mi vacío se volvería estable, y el blog perdería el encanto (asumiendo que lo tuviera, claro). Por supuesto, siempre podía encontrar alguna razón para no cerrarlo. Por ejemplo, podría usar el argumento de que la masa observada del bosón de Higgs implica que el Universo en el que vivimos tampoco es estable (es cierto, señoras y señores, aparentemente vivimos en un Vacío Metaestable, quién lo hubiera dicho). Pero por el momento eso me parece hacer trampa.
Por otro lado, otra razón por la que debería eventualmente cerrar el blog es porque me gusta más la historia de Goku que la de Superman. No, no, no es otra fumada, a mi me gusta más el manga que el comic principalmente porque acaba. Eventualmente Goku se vuelve el más fuerte, y se acabó la historia. La historia del porco Superman no acaba jamás, y cada vez parece más jalado de los pelos sacar malos que lo puedan desafiar (sí, me consta que existen comics que sí acaban, y por supuesto, esos comics sí me gustan). Yo creo que una buena historia debe eventualmente acabar, por lo cual este blog algún día debe ser cerrado.
Entonces, ¿se cerrará este blog? Pues bien, esto también dependerá si al final llego a regresar a Perú.
Resulta que en los últimos días mi proyecto de regresar a Lima ha sufrido un duro revés. A pesar que regresé a Lima por una breve temporada (entre otras cosas, para apoyar a la PUCP como Discussion Leader en el CLASHEP), aparentemente eso no fue suficiente como para asegurar un regreso seguro a Lima. Ya no es seguro que tenga un trabajo esperándome cuando vuelva a Lima. Y eso ha hecho que nuevamente me replantee las cosas.
Por supuesto, si es que todo este rollo se arregla, seguiría pensando en regresar a la PUCP. Pero, ¿y si no pudiera? ¿Si la PUCP no me quisiera? ¿Qué hacer entonces, luego de siete años y medio pensando en regresar a ella?
También resulta que mi futuro no lo decidiré necesariamente solo. Al llegar a Valencia me estará esperando La Guapa, y si todo va bien viviremos juntos por unos cinco meses. De no regresar a la PUCP, habría que tomar una decisión en conjunto, cosa que por un lado me parece rara, pero por otro me daría gusto también.
Entonces bueno, ¡la aventura no termina aún! A pesar de todo, se vienen unos meses interesantes. Llenos de intriga, sin lugar a dudas. Llenos de nuevas experiencias dentro de sitios conocidos. Seguramente llenos de desastres, rollos con los idiomas, viajes caóticos, desafíos caseros, y mucho más.
Así que sigan viniendo pe, sigan leyendo. Tenemos para un año más. A ver qué pasa.
Un abrazo a todos. Lo dejo con las palabras más comunes en este blog en los dos últimos años. Dai, a presto, rega!