sábado, 1 de noviembre de 2008

La Sueca Exhibicionista

25/09/08

Luego de mi último viaje a Perú, tenía toda la intención de escribir cómo fue esta experiencia. Iba a ser más que nada un mensaje dirigido a la gentita que no es peruana pero que también lee mis posts (pa' que vean que el masoquismo es universal). No obstante, el primer día de mi regreso ocurrió algo que no puedo dejar de comentar.

Resulta que estaba campantemente colgando mi ropa recién lavada, cuando en eso escuché un ruido de agua. Luego de preguntarme por un rato a qué se debía esto, noté que más abajo había una luz prendida. Efectivamente, era una persona tomando una ducha. Y curiosamente, tenía la ventana abierta.

Ahora bien, desde mi posición, tenía una vista perfecta de la mitad del baño en cuestión. La otra mitad estaba cubierta por la otra ventana, que sí estaba cerrada. Y detrás de esta ventana cerrada, se veía una silueta. Una silueta que tenía cabello largo, y fisonomía femenina.

Ya sé qué estarán pensando. Muchos dirán "Cha que este idiota, desde que está soltero, se ha vuelto un pervertido." O "Pucha, pobre Joel, realmente está en necesidad, mira lo que nos cuenta." ¡Pero no! En esos momentos no me escondí detrás de una persiana americana y me puse a observar si es que la chica salía o no por la otra ventana. ¡Claro que no! Lo que ocurrió fue muy sencillo: simplemente no supe qué hacer.

Evidentemente me quedé un rato pensativo. Veamos, un gentleman correcto hubiera dejado la actividad de colgar la ropa para un momento posterior, cuando la chica en cuestión hubiera terminado. Pero ustedes saben que más que caballero, soy caballo, así que esto no se me ocurrió. Pensé mas bien que sería bueno hacerle notar a la pobre incauta que en este edificio hay balcones, y que la gente puede ver dentro de los baños si se deja la ventana abierta. Pero, ¿cómo hacerlo? No le iba a aventar nada por la ventana, tampoco la quería matar del susto. Entonces decidí continuar lo que había estado haciendo desde un comienzo: silbar. Fácil me escuchaba.

Yo no se por qué les cuento estas cosas, carambas, les debería dar vergüenza ajena ser mis amigos.

Fue en esos momentos que una idea graciosa se me pasó por la mente. Yo ya había estado silbando desde antes. Fácil la chica había escuchado mis silbidos, me había visto, ¡y había abierto la ventana a propósito! Después de todo, hay mucha gente rara en Europa. Fácil se trataba de una de esas suecas con tan buena reputación. Fácil era una sueca Erasmus estudiante de enfermería, y además exhibicionista. ¡Madre mía!

Mientras estaba divagando en estos pensamientos (obviamente en estos momentos estaba mirando el cielo en vez de observar la silueta), escuché un ruido abajo. Bajé la mirada, y vi que la otra ventana se había abierto. Es más, la sueca exhibicionista, completamente desnuda, se asomó, y miró directamente hacia arriba.

Nuestras miradas se cruzaron por una milésima de segundo. Y en esa milésima de segundo lo que vi fue... barba. Y pelos. Y no quiero recordar nada más.

No, no era una sueca exhibicionista Erasmus estudiante de enfermería. Claro que no.

He decidido dejar este incidente indecente en el pasado, olvidarlo, hacer como que no ocurrió. Pero si vuelve a bañarse con la ventana abierta, lo mato al pobre imbécil.

5 comentarios:

Mauricio Bustamante dijo...

Jajaja, y yo que pensaba que iba a leer una historia sórdida de cómo decidiste que tu postdoc ibas a hacerlo en Suecia a como de lugar. ¡Ahora cada vez que veas a una chica sueca la verás barbuda!

supernena4 dijo...

Tenés que ser más abierto Joelito... Deja volar tus fantasías sexuales, vuela y vuela transpasando las fronteras de enferas suecas y..., ¡ponles barba!

Joel Jones Pérez. dijo...

¡Malvados! ¡Ambos!

No pueden imaginar lo que se siente pasar desde el más sublime de los sueños a la más terrible pesadilla...

Necesito exorcisarme... ¿quién me presenta una sueca?

El Tunche dijo...

Joel, tan solo te faltó un poco de alcohol o alguna sustancia piscoactiva para verla/o distinta/o , o sino una Gillete...
jaja

Joel Jones Pérez. dijo...

Mi estimado Tunche, tu sabes que no es lo mismo, no importa qué tanto se le corte al otro con la Gillete!