lunes, 20 de diciembre de 2010

El Intercambio Navideño

Estoy aprendiendo italiano.
Y el mundo tiembla.

Me he metido a unas clases bastante interesantes. Son muuuy baratas (salen a 20 euros al mes), y bastante relajadas. Sólo son una hora a la semana (así que tanto, tanto no estoy aprendiendo), y se dan en un bar. Sí, un bar. No sólo eso, cada vez es en un bar diferente. La idea me parece genial, cada siete días aprendo italiano, intento conocer gente, y descubro algún sitio nuevo en Roma.

Ahora, esto seguramente no les sorprenderá a muchos, pero el destino ha querido que en mi clase sólo hayan chicas. Exacto, son alrededor de cinco chicas, y yo... y la profesora. Últimamente me está ocurriendo esto un huevo, ya les conté en alguna ocasión... y la verdad es que no me puedo quejar.

Lamentablemente, el "conocer gente" no ha sido 100% exitoso. La idea de las clases es quedarse un rato después en el bar, de forma que la gente se pueda conocer más. Pero por desgracia cada vez que yo me he quedado, todos en mi clase fugaron, y cuando yo tenía que irme temprano, alguno de mi clase se quedaba. ¿Coincidencia? ¡Espero que sí!

Anyway, todos sabemos que el mes de Diciembre generalmente implica muchas cosas: reuniones familiares, estrés navideño, planes de Año Nuevo, tragaderas y tráfico. Con respecto a Navidad, mi punto de vista se asemeja mucho al de Claudia (¡mira cómo me he superado, ya no te llamo miss!), pero hay algo que disfruto mucho: los intercambios de regalos.

Por ello, cuando en las clases de italiano anunciaron que harían un intercambio, no me lo podía perder. Mejor aún, este intercambio era uno genérico, donde le puedes robar el regalo al resto. Por si no lo saben, les pongo los pasos (hay variaciones, eh):

1. Todos traen un regalo genérico, empaquetado. En este caso, de máximo 5 euros.
2. Se le asigna número a cada asistente.
3. Número Uno escoge un regalo, lo abre y lo muestra.
4. Número Dos escoge otro regalo, lo abre y lo muestra. Ahora, si Número Dos lo desea, puede cambiar su regalo con el de Número Uno, quiéralo este o no.
5. Número Tres escoge otro regalo, que se lo puede cambiar obligatoriamente a Número Uno o Número Dos.
6. Y así.

Entenderán que el primero es el más piña, ya que absolutamente todos le pueden quitar lo que tiene en las manos. El último es el más suertudo, porque puede cambiarle el regalo a absolutamente todos.

Naturalmente, a mi me tocó ser el primero.

Tomé un regalo aleatorio, lo abrí, y encontré un llavero de Roma. Chévere. El coliseo por un lado, el Vaticano por otro.

No me duró ni una ronda. La siguiente sacó una cartera (un bolso), y me la cambió. Bacán.

La siguiente se apiadó de mi, y me quitó la cartera. A cambio, me dio una serie de guantes de cocina con motivos navideños. Mejor.

Luego me di cuenta del problema de estar rodeado de chicas. Los regalos eran perfumes, carteras, utensilios de cocina (seguro me va a caer una buena por la asociación mujer-cocina, pero que conste que los regalos no los compré yo)... empecé a sudar. En eso, vi un regalo más genérico: una almohada viajera. Genial, empecé a mostrar los guantes estos, y ¡oh sorpresa! me los cambiaron. Chévere.

De ahí, todo tranquilidad. La gente se olvidó de mi y mi almohada, y yo procuré esconderme... hasta que vino la última, quién me dijo: "Quiero tu almohada."
Maldita.

¿Con qué me quedé? Con una pulserita, de la cual colgaban unas lindas carteritas rosadas.
Cha mare.

Ahí no acaba el cuento. Una gringa de por ahí se interesó en mis carteritas. Ofreció cambiármelas por su regalo, un perfume (de mujer, obviamente). Pensé que tendría más chances de hacer un posterior swap con el perfume, así que accedí. El perfume tenía pinta de ser recontra caro (la marca es Roberto Cavalli), pero olvidé que el precio máximo de los regalos era de 5 euros... el perfume resultó ser bambaza, y nadie me lo cambió.
Cha mare.

Me parece que tendré que usar la técnica milenaria de mi familia (de la rama Pérez): el reciclaje de regalos. ¿No te gustó un regalo? ¡Tranquilo, compadre! Guárdalo para la próxima, a ver a quién se lo enyucas. ¡Y ni se te ocurra romper el papel de regalo, eso también se puede volver a usar!

Anyway, no sé si el intercambio funcionó o no en mi búsqueda de hacer amigos en esta condenada ciudad. Supongo que lo sabré mañana, en mi próxima clase, a ver si por lo menos consigo un par de teléfonos y alguna promesa de ir a tomar algo apenas vuelva de Perú.

A ver qué pasa.

8 comentarios:

wfox dijo...

jejeje ay pobret con el perfume... nosotros jugamos de forma que cada regalo se puede "intercambiar" un máximo de n veces. Así no dan tantas vueltas... ¿o era que te podían robar el regalo n veces? No recuerdo... da igual!! Espero que pases unas felices fiestas en Perú y que vaya todo de puta madre cuando vuelvas!! Mantennos informadossss!!! Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

Solo un comentario... ¿Técnica Pérez milenaria de reciclaje de regalos? ¡ Pero si eso es de mi familia ! Precisamente tengo un bolso de mi cumpleaños que ya lo tengo envuelto para regalo de navidad ! (esto que quede en secreto así que firmo como anonimo)

Rommel dijo...

jajajaja siempre que las cosas parecen mejorar zasca! es que me parto con tu blog! jajaja

Claudia dijo...

1. Triunfo! ya no soy Miss!
2. Yo estuve alguna vez en un intercambio así (en calidad de testigo) de una de las tantas chambas de Juan Carlos. "Cha mare", me parece aberrante; es decir: la navidad es arrancarte tu regalo aunque te encante... Oda a la Envidia. Un año le tocaron Aretes que más parecía borlas navideñas... ni siquiera para seguir la técnica Pérez. En fin querido, esa tradición italiana o tal vez latina...debe venir del trauma de los saqueos bárbaros... Ya me voy porque esto parece un post.
NOs vemos prontito.

JDDS dijo...

Ese tipo de intercambio (muy cruel y divertido) se viene realizando con los Sotos hace años.....Paola lo importo de españa, cuando estudiaba alla y fue rapidamente adopatado por la cruel familia jajajajaja, me han tocado desde calzoncillos comestibles (traido por un conocido embajador primo de mi madre) hasta un desatorador de water, con eso digo todo jajajajaja.
En fin muy divertido el tema calculando q juegan tias de 80 y tantos años.
Abrazo, nos vemos el 25

Marité Estefanía dijo...

Me he reído demasiado...está genial!!!!!...ya pronto nos vemos!

Joel Jones Pérez. dijo...

¡Willy! ¡Gracias por el saludo! Te cuento, acá los regalos se intercambiaban siempre una sola vez... ¡el problema es que era con la misma persona! :-D

Nuria, debemos tener algún antepasado en común. Pero, ¿el papel también lo reciclas?

¡Rommel! ¿Qué haces por Navidad?

Ja ja ja, Claudia, lo sé, pero por lo menos es divertido. ¡Y es muy bueno pa que gente que no se conoce interaccione entre si!

JD, exacto, fue justamente Cecilia quien nos contó sobre este intercambio, cuando estábamos en Apéndice. "Intercambio Soto," o algo así lo llamaban.
Al final, ¿te comiste los calzoncillos?

Marité, ¡tenemos que hacer el intercambio el domingooo! ¡O tienes que cancelar tu reunión del lunes!

Anónimo dijo...

Como que Nuria?? Soy anónima, recuerda!!!
Y no solo el papel... también las bolsas! Tengo una caja de bolsas bonitas para llevar los regalos apropiadas para cada situación :-) (aún me acuerdo de tu cara cuando te lleve una botella de ron en una bolsa de ropa interior femenina)