Una buena mañana, llegué al punto de trasbordo entre las líneas 18 y 03. En este punto, uno debía presentar su boleto, que sería validado por un empleado de la compañía, para poder realizar el trasbordo.
Esta vez, era una chica quien validaba los boletos. Me preguntó si sabía lo de La Tarjeta, yo por supuesto, no me había enterado de nada.
"A partir de ahora," me dijo, "sólo se podrá hacer trasbordo si se tiene La Tarjeta. Uno marca al subir al primer bus, y tiene una hora para hacer todos los trasbordos que quiera."
Miren ustedes. Cada vez mejor la cosa. Pues yo quería una tarjeta de esas, ¿dónde la consigo?
"Me tiene que dar sus datos," respondió la chica, "con ellos haré un pedido para que se la manden a este punto, y usted la recoge en un par de días."
***
Subí a la 18, e indiqué que quería hacer trasbordo con la línea 03. Este vez, el chofer-cobrador me dijo que no, que eso ya no, que ahora debía tener La Tarjeta. Le dije que ok, no había problema, que me llevara al punto de trasbordo, que ahí seguro tendría mi tarjeta esperando.
Esta vez tendría que pagar doble pasaje, pero bueno, no pasa nada, cualquier cosa por conseguir La Tarjeta.
En el punto de trasbordo, había un chico de la compañía. Le pregunté si tenía mi tarjeta.
"Un momento," me dijo, "justo está pasando un bus de la línea 03. Tengo que darle indicaciones."
Esperé un minuto, y el chico regresó. Me preguntó si había hablado con La Señorita, que era ella quien venía a entregar La Tarjeta. Yo no estaba seguro de quién era La Señorita, aunque sonaba importante. Le dije que hace unos días había una señorita acá, haciendo su chamba, pero que no me dio la impresión de que fuera ella a quien se refería, que tan solo tomó mis datos.
"Un momento," repitió, "otra vez, un bus de la línea 03. Ahora vuelvo."
Esperé otro minuto. El chico regresó, y me repitió que era La Señorita quien entregaba La Tarjeta, y que tenía que hablar con ella. No obstante, me dijo también que ayer La Señorita le había dejado un grupo de tarjetas para entregar, y que probablemente una de ellas tenía mi nombre.
En eso pasó otro bus de la línea 03, y el chico se fue a hacer sus diligencias, dejándome pensando para qué demonios me había contado todo el rollo de La Señorita, si es que él probablemente tenía mi tarjeta en su mochila.
El chico volvió, y sacó de su mochila un grupo grandote de sobres. Dentro de cada uno de ellos, La Tarjeta. Empezó a revisarlos, y oh sorpresa, ningún sobre tenía mi nombre.
"Voy a llamar a La Señorita, a ver qué pasó," me dijo el chico. Por supuesto, La Señorita no respondió. Intentó otra vez, y nada.
En eso, pasó la línea 03, nuevamente. En ese instante, La Señorita contestó el teléfono, pero el chico se atolondró con la llegada del bus y la necesaria diligencia, y le colgó. Maravilloso.
Luego de que se fuera la línea 03, La Señorita no volvió a responder. Parece que se resintió. El chico me dijo que ni modo, que tomaba mis datos nuevamente, y que en breve tendría La Tarjeta.
Yo me resigné, y le di mis datos. Había perdido un poco de tiempo con todo el trámite, pero bueno, ahora tomaría la línea 03 y llegaría rápido al trabajo. Y seguro la línea 03 pasaría en breve, que durante todo este trámite había pasado un bus cada dos minutos.
Y esperé.
Y seguí esperando.
Y esperé un rato más.
Y el siguiente porco bus de la línea 03 demoró 15 minutos en llegar.
***
Sonó mi teléfono.
"Buenas, estoy acá en la calle Sucre, donde se hace el trasbordo entre las líneas 18 y 03. Tengo La Tarjeta. Quería saber a qué hora va a venir a recogerla."
Chesu. Era La Señorita. Aunque tenía una voz maleadamente masculina. Le dije que no, sorry, ese día me quedaba en casa trabajando, y que recién el lunes o martes pasaría ahí.
"Ok," respondió, y colgó.
***
Ese martes, el primer bus que pasó fue la línea S, que no pasaba por Sucre, pero me dejaba suficientemente cerca. Me subí, no me importaba caminar unas cuadras adicionales para conseguir La Tarjeta.
Al llegar, había otro chico. Estaba acompañado por un señor algo mayor, que parecía empleado importante de la empresa de buses. Le dije al primero que me habían llamado para entregarme La Tarjeta.
El chico me preguntó mi apellido. "Jones," le dije, "con jota, sin hache, así como Indiana Jones."
A veces me cuesta hacerme entender.
Mientras el chico buscaba entre los sobres, el señor me mira y me dice: "Jones is an American surname."
Cha mare, otro idiota que piensa que soy gringo. Le respondí en castellano, "Realmente es un apellido de Gales."
El señor no se rindió, "Oh! A European surname then!"
Fantástico. Yo sólo quería tomar mi sobre y largarme de ahí, pero el chico seguía sin encontrar mi nombre. El señor eventualmente entendió que podía hablarme en castellano, pero siguió con su cantaleta, y me habló de "Jones Beach," en Long Island. A mi no me interesaba mucho el tema, pero bueno, tampoco quería ser maleducado. A pesar de todo, el señor al final resultó siendo muy amable.
En eso llegó un grupo de tres empleados más de la empresa, saludaron al chico, al señor, y al verme charlando con el último, me saludaron a mi, como si yo fuera una Persona Relevante. Mare meua...
Y no, no tenían ningún sobre con mi nombre, y tomaron mis datos por tercera vez. Escapé rápidamente del señor y sus amigos, los últimos ya se habían dado cuenta que yo era Cualquier Fulano, y no se despidieron.
***
En mi cuarto intento por conseguir La Tarjeta, el chico me sonrió. "No creo tener su nombre," me dijo, "pero La Señorita me ha dado un grupo de sobres sin nombre, para entregar a aquellos interesados."
Finalmente, parece que alguien dentro de la empresa tuvo una sinapsis.
Me entregó un sobre, y me tomó una foto para colgar en su página web.
Whatever! ¡Ya! ¡Listo! ¡Tenía La Tarjeta! ¡Luego de casi un mes, podía hacer trasbordos nuevamente! ¡Tenía el poder!
Unos días después le conté a Pepe sobre lo maravillosa que era La Tarjeta. Él me contó que había ido a pedirla, pero claro, se habían remitido a pedir sus datos.
"Ufff," le dije, "eso va a ser complicado, en mi caso se demoraron casi un mes."
"Sí," me respondió, "otra opción es ir a recogerla en su oficina, que queda en Cantuarias. No sé dónde quedará esa calle."
"¿Cantuarias?"
"Sí, ¿por?"
"Cantuarias queda a dos cuadras de donde vivo...."
1 comentario:
Salud
El final es demasiado gracioso. Te pasa por no preguntar por las alternativas el primer día...
No me queda claro una cosa: ¿las tarjetas son nominales?
Hasta luego ;)
PD: poder hacer trasbordo está muy bien, sin dudas.
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