domingo, 6 de marzo de 2011

Tivoli

Bueno, dicen que las desgracias más o menos vienen de a tres, y en este caso como que se cumplió un poco el asunto.

Luego del desastre mencionado en el post anterior, descubrí que mi jefe se va de sabático a mediados de este año. Esto me complica la situación en Frascati, porque yo vine acá a trabajar con él, y como que no hay mucha gente más con quien pueda trabajar. Afortunadamente mantengo mi trabajo (creo) hasta el final del proyecto, pero colaborar por correo electrónico no será muy chévere.

La otra pequeña desgracia ocurrió en la parte social. Ya les he dicho que no me ha estado siendo muy fácil formar un grupo de amigos firme acá en Roma. Con las clases de italiano he conocido gente, y hace un par de semanas me he acercado bastante a un grupo muy bacán. Todo iba genial, el último viernes me invitaron a un cumple, y cenamos y nos divertimos bastante. El problema fue que en esa cena, descubrí que básicamente todos los presentes se iban de Roma en un tiempo menor a dos meses. Así que la firmeza de este grupo de amigos realmente no daría para mucho... Sí, no es una tragedia-tragedia, de hecho que en este grupo TIENE que haber alguien que se quede, pero vamos, con las otras dos cosas encima, no me hizo mucho bien enterarme de esto.

Así que nada, necesitaba despejarme un poco. Decidí no ir a la fiesta de carnaval organizada por el grupo de las clases de italiano, sino irme a dormir temprano y salir el domingo a explorar los pueblitos de alrededor de Roma. Recuerdo que empecé a hacer esto con Alfredo, en Padova, y siempre la pasamos bien.

Así que me fui a Tivoli. Mi fabulosa guía Lonely Planet me lo recomendaba, así que chapé mi autobús y me fui para allá. No esperaba mucho, se suponía que había un jardín bonito, y algunas ruinas interesantes.

Pues no. Los jardines de Tivoli, en la Villa d'Este, son los jardines más chéveres que he visto en mi vida. No les pongo fotos pa que vayan (y porque no es lo mismo una foto que estar en el sitio). Un relajo perfecto, rodeado de fuentes impresionante (se recomienda ir al baño primero, tanta agua alrededor puede ser terrible si se necesita ir al Pichi Room). Y no quedó allí. Descubrí que existe una Villa Gregoriana que ha sido convertida en parque de cascadas. Sí, cascadas.

Me he dado cuenta que me gusta el agua.

Y bueno, al final ni tuve tiempo para ir a la Villa Adriana, que se suponía era el principal objetivo del viaje. O sea, un éxito, porque vi un huevo, y aún así tengo motivos pa regresar. Ahora, se suponía que volvería como a las 5 pm, cuando en eso descubrí que estaban en pleno carnaval. Me pareció excelente, ¡vería un poco de cultura típica italiana! Me di unas vueltas por el pueblo, cuando en eso vi un desfile. Y lo que vi... bueno, lo tienen que ver ustedes también. Acá va (ojalá que los que reciben esto por correo lo vean también):



Simplemente genial. Cultura típica italiana al 100%: personajes ingleses con música caribeña. Sólo les faltaba tener un plato de spaghetti alla bolognesa en la mano.

Mi concepción de Winnie Pooh (y sobre todo Eeyore) nunca será la misma.

El pequeño dilema ocurrió al querer volver a Roma. Una vez que me aburrí del desfile, busqué la parada de bus que me llevaría de vuelta a Roma... y encontré una fila gigantesca de gente. Aparentemente, el chofer también creyó que ver el desfile sería una buena idea, pero no había regresado aún.

Si esto no es Italia, díganme ustedes que cosa sí lo es.

Pero grande el viaje. Encontré el descanso y el relajo que necesitaba. Ahora, a aprovechar al jefe al 100%, a ver qué tanto hacemos hasta Octubre. Y a ver si por lo menos alguien de este grupo de amigos se queda. Y la chica... bueno, ni modo.

Como dije en este post, será espectacular. No puede ser de otra manera, y no me rendiré.
Que comience el Round 2.

2 comentarios:

Marité Estefanía dijo...

tal vez...todo lo que te pasa sea de lo mejor... y tal vez el carnaval de Pooh valió la pena...pero esto de tomar un bus el fin de semana e ir a donde quieras es de lo más GENIAL!!!

supernena4 dijo...

Avant noi!