martes, 29 de noviembre de 2011

Cuenta Regresiva

Pues ya está decidido. Me voy de Roma.

¿Cómo así? Pues, para no hacerla larga, estoy solicitando un contrato asociado a Valencia, pero ubicado en Ginebra. Sí, en Ginebra, donde está el CERN. Y bueno, aunque todavía no me han confirmado lo del contrato, me voy de todas maneras.

Supongo que ustedes pensarán que es arriesgado que me vaya de Frascati sin tener nada asegurado allá. No obstante, no voy a renunciar a Frascati hasta que me confirmen el nuevo contrato. Y considerando que mi salario sería el mismo (pasaré de pobre a recontra-pobre), que mi jefe está actualmente en el CERN, que no tengo obligación de trabajar en la misma Frascati, y que esta nueva chamba es compatible con mi regreso a Perú.... pues tiene sentido.

Lo único que me da pena es que me han ofrecido una chamba que no puedo rechazar justo en el momento que me empiezo a encontrar bien en Roma. Ya tengo un grupo de amigos estable, ya no lucho tanto con el idioma, ya me ubico bien en la ciudad, ya entiendo mejor su ritmo... y me voy.

Cha mare.

Pero vamos, es el CERN, y es Ginebra. Ya he estado allá, y sé que es genial.

Ahora, por alguna razón, mi casa ha empezado a auto-destruirse. Todo empezó en Junio, poco antes que me ofrecieran la posibilidad de solicitar este contrato. Parece que la casa se lo intuía.

Lo primero que empezó a caerse a pedazos fue el refrigerador. Por alguna razón, el freezer empezó a congelar demasiado, mientras que el refrigerador todo lo contrario, no enfriaba lo suficiente. Además de esto, la humedad dentro del refrigerador subió a los cielos (y está sentado a la derecha del Padre, y desde ahí... no, aguanta, esa historia es pa' otro día). Todo empezó a empaparse. Intuimos que era un problema del freezer más que nada (vamos, tenía estalactitas y estalagmitas), por ahí leí que podía deberse a que no se cerraba bien la puerta... Martina y yo estuvimos luchando y luchando, triturando el hielo, sacando las cosas del refrigerador, limpiando, volviendo a meter todo... y en eso se arregló.

Misterio.

Luego vino la lavadora. Un día, la lavadora decidió que sería más divertido inundar el baño en vez de lavar la ropa. A pesar que vino el dueño y le mandó un estatequieto, la rebelde lavadora no desistió. Así que nos despedimos de la rebelde, y nos dieron otra, más dócil.

Todo bien.

De ahí, vino la puerta del baño. Un buen día, Andrea se quedó atrapado dentro del baño. Vamos, todos nosotros alguna vez nos habíamos quedado atrapados dentro de ese baño del mal, pero sabíamos que había que tratar la llave con amor y suavidad... el problema es que ese buen día Andrea no tenía amor y suavidad. Usó una fuerza sobrehumana, y logró escapar del baño... pero destruyó a la pobre llave.

Falta de suavidad, total.

Anyway, ahora la puerta del baño no se cierra. No, no es que no se cierra con llave, simplemente no se cierra. Afortunadamente, en eso vino al rescate el elástico mágico de Jessica, y con él logramos amarrar la manija de la puerta al tubo de la calefacción. Genial, tenemos una puerta nuevamente.

Luego de la puerta, vino el tostador. Martina, dentro de su genialidad, no se dio cuenta que el porta-servilletas (de plástico) se encontraba encima del tostador cuando hizo sus tostadas. ¿Cómo hizo para meter las tostadas dentro del tostador sin encontrarse con el porta-servilletas en el camino? Pues ahí radica la misteriosa genialidad de Martina. Anyway, el resultado obvio fue que el porta-servilletas decidió en convertirse en un charco de plástico líquido, terminando dentro del tostador y provocando un corto circuito en toda la casa.

¿No les dije que era genial?


Con el tiempo, la cosa se puso más grave. Un día, encontramos el baño inundado. No, no fue la lavadora, la nueva se portaba bien. Después de mucho pensar, descubrimos que el lavatorio había adoptado las malas costumbres de la antigua lavadora. Pero aparentemente este lavatorio era medio excéntrico, era complicada la cosa. Veamos, si la llave del agua caliente estaba abierta, y el grifo estaba girado hacia el agua fría, el resultado era inundación. Si el grifo estaba girado hacia el agua caliente, tutto bene. Igualmente, si la llave del agua caliente estaba cerrada, tampoco había ningún problema.

El problema del lavatorio fue que, además de excéntrico, resultó picón. Una vez que descubrimos cómo resolver su estúpido jueguito, decidió complicarlo. Incluyó la llave de agua fría en el asunto, causando inundación cada vez que se abría el grifo.

Cuando descubrimos este mecanismo, decidió inundar siempre y punto. Al final, ni modo, a trapear cada cierto tiempo. Maldito lavatorio, te debería destruir, así como destruyeron el lavatorio de mi habitación en el viaje de promoción.

Finalmente, la última gracia que ha ocurrido ha involucrado mi cama. Ahora, mi cama siempre fue un problema, no estaba bien armada, y las planchas de madera horizontales se paraban cayendo todo el tiempo. Hace ya varios meses, desarmé la cama por completo, aumenté la tensión en las vigas diagonales, y la re-armé. Al final, una cama tensa, pero que me dejaba dormir sin miedo a caerme.

Hace una semana, vino la querida Esther a visitarme. Hubo un momento en que tuvimos una pausa de como dos o tres horas, entre el turismo y la fiesta, así que decidimos ver una película en la laptop. Nos subimos a mi cama... y la cama se fue pa' abajo. No duró ni cinco segundos después que Esther se subió en ella.

Sí, Esther tiene el pompis bien desarrollado, podría haber sido eso, pero no se lo digan, le podría afectar el autoestima.

Así que nada, esas dos o tres horas me las pasé con Andrea, tratando de rearmar el asunto, taladrando nuevos agujeros en la madera (los antiguos estaban hechos añicos). Ahora mi cama está armada, pero cada vez que me subo, procuro actualizar mi testamento.

Pues ya está, yo me voy y la casa empieza a destruirse poco a poco. Curiosamente, ya que me voy, no me importa mucho el asunto. Dentro de un par de meses no será mi problema. Creo que ya entiendo por qué algunas parejas dejan de ser exitosas luego del matrimonio... hmm...

Así que nada, supongo que postearé un par de cosas desde Roma, pero a partir del próximo año, será todo Ginebra, ragazzi. Habrá que aprender francés, supongo... 'cha mare.