lunes, 20 de diciembre de 2010

El Intercambio Navideño

Estoy aprendiendo italiano.
Y el mundo tiembla.

Me he metido a unas clases bastante interesantes. Son muuuy baratas (salen a 20 euros al mes), y bastante relajadas. Sólo son una hora a la semana (así que tanto, tanto no estoy aprendiendo), y se dan en un bar. Sí, un bar. No sólo eso, cada vez es en un bar diferente. La idea me parece genial, cada siete días aprendo italiano, intento conocer gente, y descubro algún sitio nuevo en Roma.

Ahora, esto seguramente no les sorprenderá a muchos, pero el destino ha querido que en mi clase sólo hayan chicas. Exacto, son alrededor de cinco chicas, y yo... y la profesora. Últimamente me está ocurriendo esto un huevo, ya les conté en alguna ocasión... y la verdad es que no me puedo quejar.

Lamentablemente, el "conocer gente" no ha sido 100% exitoso. La idea de las clases es quedarse un rato después en el bar, de forma que la gente se pueda conocer más. Pero por desgracia cada vez que yo me he quedado, todos en mi clase fugaron, y cuando yo tenía que irme temprano, alguno de mi clase se quedaba. ¿Coincidencia? ¡Espero que sí!

Anyway, todos sabemos que el mes de Diciembre generalmente implica muchas cosas: reuniones familiares, estrés navideño, planes de Año Nuevo, tragaderas y tráfico. Con respecto a Navidad, mi punto de vista se asemeja mucho al de Claudia (¡mira cómo me he superado, ya no te llamo miss!), pero hay algo que disfruto mucho: los intercambios de regalos.

Por ello, cuando en las clases de italiano anunciaron que harían un intercambio, no me lo podía perder. Mejor aún, este intercambio era uno genérico, donde le puedes robar el regalo al resto. Por si no lo saben, les pongo los pasos (hay variaciones, eh):

1. Todos traen un regalo genérico, empaquetado. En este caso, de máximo 5 euros.
2. Se le asigna número a cada asistente.
3. Número Uno escoge un regalo, lo abre y lo muestra.
4. Número Dos escoge otro regalo, lo abre y lo muestra. Ahora, si Número Dos lo desea, puede cambiar su regalo con el de Número Uno, quiéralo este o no.
5. Número Tres escoge otro regalo, que se lo puede cambiar obligatoriamente a Número Uno o Número Dos.
6. Y así.

Entenderán que el primero es el más piña, ya que absolutamente todos le pueden quitar lo que tiene en las manos. El último es el más suertudo, porque puede cambiarle el regalo a absolutamente todos.

Naturalmente, a mi me tocó ser el primero.

Tomé un regalo aleatorio, lo abrí, y encontré un llavero de Roma. Chévere. El coliseo por un lado, el Vaticano por otro.

No me duró ni una ronda. La siguiente sacó una cartera (un bolso), y me la cambió. Bacán.

La siguiente se apiadó de mi, y me quitó la cartera. A cambio, me dio una serie de guantes de cocina con motivos navideños. Mejor.

Luego me di cuenta del problema de estar rodeado de chicas. Los regalos eran perfumes, carteras, utensilios de cocina (seguro me va a caer una buena por la asociación mujer-cocina, pero que conste que los regalos no los compré yo)... empecé a sudar. En eso, vi un regalo más genérico: una almohada viajera. Genial, empecé a mostrar los guantes estos, y ¡oh sorpresa! me los cambiaron. Chévere.

De ahí, todo tranquilidad. La gente se olvidó de mi y mi almohada, y yo procuré esconderme... hasta que vino la última, quién me dijo: "Quiero tu almohada."
Maldita.

¿Con qué me quedé? Con una pulserita, de la cual colgaban unas lindas carteritas rosadas.
Cha mare.

Ahí no acaba el cuento. Una gringa de por ahí se interesó en mis carteritas. Ofreció cambiármelas por su regalo, un perfume (de mujer, obviamente). Pensé que tendría más chances de hacer un posterior swap con el perfume, así que accedí. El perfume tenía pinta de ser recontra caro (la marca es Roberto Cavalli), pero olvidé que el precio máximo de los regalos era de 5 euros... el perfume resultó ser bambaza, y nadie me lo cambió.
Cha mare.

Me parece que tendré que usar la técnica milenaria de mi familia (de la rama Pérez): el reciclaje de regalos. ¿No te gustó un regalo? ¡Tranquilo, compadre! Guárdalo para la próxima, a ver a quién se lo enyucas. ¡Y ni se te ocurra romper el papel de regalo, eso también se puede volver a usar!

Anyway, no sé si el intercambio funcionó o no en mi búsqueda de hacer amigos en esta condenada ciudad. Supongo que lo sabré mañana, en mi próxima clase, a ver si por lo menos consigo un par de teléfonos y alguna promesa de ir a tomar algo apenas vuelva de Perú.

A ver qué pasa.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Recuerdos del Pasado: Los Intentos de Robo, Parte 1

En estos días que intento hacerme un hogar en Roma, el próximo viaje que se perfila es uno largo: el regreso a Lima.

Nunca faltan. Casi todos los años he tenido la suerte de poder regresar a Lima en Navidad. No obstante, esta vez el regreso es algo extraño, ya que parte de mi siente que mi verdadero hogar ahora está en Valencia.

Vamos, no me malinterpreten. A pesar de mi pinta de gringo monse, siempre seré peruano. Siempre querré a Lima, y veré mi futuro en la PUCP. Sólo que luego de cuatro años teniendo a Valencia como base, y no teniéndola ahora (he ahí el detalle), mi añoranza está como que partida en dos pedazos.

Anyway. Tengo 15 días para prepararme psicológicamente pa' el regreso a Lima. Y entre muchas cosas, tengo que reactivar el radar anti-asaltos. Porque vamos, tengo pinta de gringo monse, y en una ciudad como Lima, esto es sinónimo de asaltos. Para darles una idea, en mi vida me han intentado robar 20 veces.

En este momento no me acuerdo de todos los asaltos, pero alguna vez hice un recuento, y llegaron a 20. He aquí un breve recopilación de las primeras 10. Sí, en serio.

1. El Skate

Habré tenido unos ocho años. Era la época que uno salía a la calle a jugar la moda de la época, que en ese entonces era el skate (¿quién no fue al Skate Park de Javier Prado?).
Recuerdo que estaba con mi primo, mi hermano, y otra gente que creo que conocía por primera vez, todos con skates, alucinándonos personajes de Skate or Die!, o algo así. Yo, pa variar, no me daba cuenta de nada, y hubo un momento que mi primo cerró la puerta enrejada de su casa, y los demás empezaron a pasar los skates entre las rejas. Al darme la vuelta, vi a tres piraña-wannabes acercándose, y fue entonces que entendí que mi skate estaba en peligro. Pasé el skate entre las rejas, y salí corriendo, espantado por el gruñido de un piraña.

2. El Regatas
Esto habrá ocurrido teniendo unos 13 años, digamos. Mi hermano celebraba su cumple en el ultra-célebre club Regatas. Recuerdo que un amigo de mi hermano llevó un telescopio, y que por alguna extraña razón recibí un telescopiazo en la cabeza, cosa que evidentemente me disgustó. Minutos después, mi padre me preguntó cómo andaba, y yo le respondí algo como que no me estaba gustando mucho el cumpleaños. Mi padre interpretó esto como celos, y me mandó a callar. Yo, orgulloso del demonio, decidí regresar a casa.
El detalle es que la zona alrededor del Regatas no es muy segura a altas horas de la noche. Salí al circuito de playas, e inmediatamente después de cruzar el primer puente, aparecieron dos tipos. Me empezaron a hablar mientras caminaba, y en vez de correr de vuelta, les respondí (en esa época era un poco más idiota que ahora). En eso, uno de ellos me agarró por detrás, y escuché algo desgarrarse. El otro intentó quitarme el reloj, cosa que no logró. Me safé, y corrí de vuelta al club. Me di cuenta más tarde que lo que se había desgarrado era mi cadena de Primera Comunión...

3. El Religioso
Caminaba con mi hermano de vuelta de misa. Habremos tenido unos 14, 15 años. Un tipo caminaba al lado, y le preguntó a mi hermano direcciones. Llevaba una Biblia, o algo religioso bajo el brazo... En eso, del otro lado de la calle apareció otro tipo. El religioso nos dijo que tenía una pistola, y que si no le dábamos nuestros relojes, nos pegaba un tiro.
Lindo. Era más o menos evidente que no tenía pistola, pero al tipo de atrás no le logramos ver nada. Caballero nomas. Se quedó con los relojes.
Ahora que lo pienso, en la vida se hubiera atrevido a pegarnos un tiro en plena calle, en esa zona... pero bueno, ¡creo que es muy tarde ya para corregir lo ocurrido!

4. Los Ciclistas (¿o es la 3?)
Otra vez, de vuelta de misa. Estaba otra vez con mi hermano, y su amigo Diego. Al llegar a mi casa y tocar el timbre, hice el chiste de siempre, de hacerme pasar por niño vendedor de tamales. De la nada, aparecieron como 20 piraña-wannabes, todos en bicicleta. Al darme cuenta, rápidamente revelé mi identidad por el intercomunicador y pedí que me abrieran la puerta rápido.
Al darme la vuelta, descubrí que estábamos rodeados. Uno se acercó a mi, no se por qué, y me pidió un sol. Le dije que no tenía (vamos, venía de misa, mi sol lo había dejado en la colecta), a lo cual él respondió: "¡Entonces dame tu reloj!"
Afortunadamente, alguno de los otros, ya sea mi hermano o Diego, empezó a hacer ruido en la puerta (yo siempre dije que estaban temblando e hicieron que la puerta vibrara). Mi madre en eso abrió la puerta, gritando "¡¿Qué están haciendo con la puerta???!!!!"
Cuando mi madre quiere dar miedo, mi madre da miedo. Los pirañas salieron volando.

5. La Cartuchera
En la combi.
Camino a la universidad.
La cartuchera desapareció.
Y no sé cómo.



6 y 9. Las Moneditas
Esto me ocurrió dos veces, pero nunca lograron robarme nada. Esto, claro, gracias a Isabel, a quién le robaron de esta misma manera dos veces en un mismo día (en dos viajes seguidos), y nos previno a todos.
La táctica es sencilla. Un compinche lanza monedas encima de la víctima, y mientras esta víctima recoge las monedas, el otro compinche corta la mochila de la víctima con una navaja y extrae lo que puede.
La primera vez casi caigo. El primero me lanzó sus moneditas, y me intentó distraer diciendo que le faltaba una de cinco soles. Mientras revisaba mi asiento, recordé la anécdota de Isabel. Miré hacia adelante, y efectivamente, ahí estaba el otro compinche, escondiendo la navaja bajo una casaca. Cuando se dieron cuenta que había entendido lo que estaba ocurriendo, bajaron volando de la combi, y no mencionaron más los cinco soles.
La segunda vez que me ocurrió esto, moví mi mochila de forma bastante evidente, haciéndoles notar que no me iban a robar. Se bajaron de la combi cabizbajos, y me quedé con sus diez céntimos.

7. El Aprendiz
Esto ocurrió fuera de la PUCP, camino a comprarme mi revista Sugoi (si pues, medio friki era en esa época). En el camino, se me acercó un tipo, y me preguntó cómo llegar a la embajada de Estados Unidos.
Los que conocen Lima sabrán que si uno está por la PUCP preguntando por la embajada de Estados Unidos, entonces o está perdido maleado, o tiene malignas intenciones.
Yo le respondí "¡Lejos"! y aceleré el paso. El tipo me siguió, y me dijo que no me preocupara, que acababa de salir de la cárcel, así que no podía hacer nada malo, como si lo estuvieran observando. Genial.
Evidentemente me alejé de él, alistándome porsiaca (en esa época no sabía Aikido, pero algo de Tae Kwon Do recordaba). Él se alejó resignado, y dijo "¡Dame por lo menos un sol para el pan!"
Yo le respondí "¡No tengo!" y me fui de la escena del crimen.

8. Los Caramelos
Otra vez por la PUCP.
Caminaba por la avenida Universitaria, para variar tratando de ahorrarme los cincuenta céntimos de la combi. En el camino, encontré a un vendedor de caramelos, a quien le di los cincuenta céntimos que me había ahorrado a cambio de unos cuantos caramelos suyos.
Luego de la transacción, me empezó a seguir. Genial.
Me dijo "¡Oye, ven!".
Le respondí "¡No tengo tiempo!" y aceleré el paso. Para entonces ya estaba un poco acostumbrado a estas situaciones, me entienden, ¿no?
El volvió a decir "No, no, en serio, ven, ven."
Yo, desde lejos, le dije "¿Qué quieres?"
El respondió: "¡Quiero tu reloj, conch(material censurado)re!!!!!"
Decidí correr. Asunto arreglado.
Sus cochinos caramelos los tiré a la basura.

10. La Furia
Caminaba oootra vez por la Universitaria. Recuerdo que estaba muuuuy molesto por alguna discusión con la novia de esa época.
En eso, sentí una mano en mi hombro. Me di la vuelta, y un tipo me dijo algo como "¡Tengo un cuchillo!!!"
Recuerden que yo estaba muuuuuuy molesto. Y él se dio cuenta.
Dijo entonces: "¡No! ¡No! ¡Era una broma! ¡Una broma!"
Y se fue. Corriendo.
Piraña-wannabe.
Tengo que admitir que me alegró el día.

Pues ahí van 10. En estos momentos recuerdo otros seis, pero los guardaré para una próxima oportunidad, a ver si recuerdo los cuatro que me faltan. Tomen nota del puntaje, eh, de diez intentos, sólo tres robos. Veamos cómo evoluciona la cosa...

Nos vemos en Lima, gente.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Fiesta de Disfraces

Debo admitir que no me está siendo tan fácil acomodarme a la nueva ciudad. Vamos, realmente no me debería quejar, tengo compañeros de piso bastante buenos, y realmente no me estoy aburriendo.

No obstante, aún no tengo amigos míos. Salvo un par de amigos sueltos, no he conocido aún gente con quien pueda formar un grupo. He buscado gente, me he unido a grupos de conversación y tal, pero aún no he establecido ningún lazo realmente importante con gente fuera de mi piso. De hecho que esto es normal, vamos, he estado menos de 30 días en esta ciudad, pero de todas formas no puedo evitar angustiarme un poco.

Por ello, cuando mi amiga, TedescaPazza, decidió venir a visitarme a Roma, me puse muy, pero muy contento. No les voy a aburrir contando todas las locuras que hemos hecho en esos cinco días, pero sí diré que fue un buen break.

Ahora, hay una anécdota que no puede ser ignorada. Y esto fue el gran evento ocurrido en la fiesta de 'alloween (los pobres italianos no pueden pronunciar la "h" inglesa).

Ataviados de unos disfraces geniales hechos en casa, y luego de unos aperitivos cerca a Piazza Navona, TedescaPazza, Giulio (un amigo en común que conocimos en Valencia) y yo nos dirigimos a la zona discotequera de Testaccio. Habíamos escuchado bastante de esta zona, pero nunca la habíamos visto, y queríamos ver cómo era la juerga italiana.


Nos dirigimos a la primera discoteca que nos llamó la atención, pero rebotamos inmediatamente al enterarnos que había que pagar 20 euros para entrar. La segunda estuvo mejor, 10 euros, pero aún así decidimos mirar un poco más. Finalmente, encontramos un sitio que era completamente gratuito, y que estaba completamente vacío.

Perfecto.

Digamos que armamos la fiesta (¡suave!). Empezamos a bailar los tres, y la gente empezó a entrar al sitio. Dos opciones: o dábamos la impresión que el sitio era ultra-divertido, o atraíamos a la gente por dar la impresión de ser miembros de un freak-show, o algo por el estilo. Considerando nuestros disfraces, seguramente era por la segunda opción. Pero vamos, lo importante era que el sitio se estaba llenando.

Entre todos los asistentes, los únicos disfrazados éramos los tres, y un chico que estaba vestido de chica. Anyway, mientras TedescaPazza se mangiaba a un italiano incauto (poverino Alessio...), Giulio y yo miramos la fauna del local... Y notamos que las chicas alrededor eran particularmente extrañas.

Inicialmente no sabíamos muy bien qué era lo que tenían. Su vestimenta era extraña, no era típica italiana. Sus movimientos eran bastante cuidadosos, delicados. Sus espaldas eran un poco... ¿anchas? Sus rasgos eran un poco... ¿marcados?

Segundos después, nos dimos cuenta, espantados, que no eramos los único disfrazados. Aquellas chicas no eran chicas.

'appy 'alloween.

Y no solo eso. Estábamos rodeados.
'Ta mare.

lunes, 18 de octubre de 2010

Un Otoño en Würzburg

¿Qué? ¿Querían ya una anécdota de Roma? ¿Querían saber qué desastres me han empezado a acechar en la Terra dei Macarroni? ¡Pues no! Hoy les quiero contar otra cosa.

Resulta que en menos de 15 días después de mudarme a Roma, tuve que viajar a Würzburg nuevamente, para empezar una nueva colaboración con Porod. Esta pequeña ciudad representa mucho para mi, viví allí cuatro meses y marcó un quiebre en mi vida (en resumen, pasé de lo que fue la Crisis Afectiva 1 a lo que fue la Crisis Afectiva 2, pero no hablaremos de esto ahora). A pesar de ello, viví cuatro meses espectaculares, conociendo facetas de la cultura alemana que no pensé que existieran.

Lo bonito de llegar a esta ciudad fue que nada había cambiado. Estaban los tranvías de siempre, los buses de siempre, las tiendas de siempre... Estaba el Festung Marienberg, el Käpelle, la Residenz, mi antigua casa bávara en Franz-Ludwig-Strasse, el genial Café Uni, el Silvaner Weisswein del Café Klug, el precario edificio prefabricado donde mandaban a los estudiantes de doctorado... todo casi, casi igual.

Evidentemente me sentí en casa al llegar. Claro, yo sabía moverme en Würzburg. Cuando el chico del hotel me ofreció un mapa, yo evidentemente le dije que no, que yo sabía moverme en Würzburg. Salí del hotel, crucé un par de callecitas, y llegué rápidamente a la parada del bus 14, que me dejaría en la universidad. Por supuesto, yo sabía moverme en Würzburg.

En la universidad conocí a un posible nuevo colaborador, con quien se supone que haré este nuevo trabajo, además de con Porod. Luego de horas de discusión y planteamiento del problema, Porod se excusó, ya que su hija estaba enferma y había que llevarla al hospital. Me quedé trabajando un poco más con El Posible Nuevo Colaborador, y en eso me dijo pa ir a cenar.

Claro, habiendo vivido ahí, y al saber moverme en Würzburg, yo debía organizar todo. En eso, me di cuenta que los sitios que conocía no eran realmente aptos para llevar a El Posible Nuevo Colaborador. Pero recordé que la primera vez que fui a Würzburg, Porod nos llevó a una pizzería, y supuse que sería lo mejor. El objetivo ahora era tomar un bus que nos llevara al centro.

Caminamos hacia el paradero del bus 10, para descubrir que algo sí había cambiado en Würzburg, y estaban haciendo reparaciones. Como no sabía dónde quedaba el nuevo paradero, y debía dejar la impresión de saber moverme en Würzburg, decidí que lo mejor sería tomar el bus 14. No obstante, no estaba seguro de cómo llegar al paradero de éste, y al intentar improvisar, El Posible Nuevo Colaborador y yo terminamos haciendo cross-country por un campo de apariencia bastante salvaje. Y de noche.

Pero llegamos al paradero. Vamos, yo sabía moverme en Würzburg. Tuvimos que esperar al porco bus unos 45 minutos, en el terrible frío germano, pero vamos, no había duda que yo sabía dónde quedaban las cosas.

Al llegar al centro, llevé a El Posible Nuevo Colaborador al Marktplatz, pa que viera un poquito del centro antes de llegar a la pizzería. Parecía que las cosas irían bien, sólo había que encontrar la pizzería.

Pero la pizzería no estuvo ahí.

Pues no. Si algo había cambiado en Würzburg, no sólo era el paradero del bus 10. No señor, resulta que esa pizzería, la única suficientemente decente como para llevar a comer a El Posible Nuevo Colaborador, se había transformado en una seductora tienda de lingerie.

Oh là là.

Esperemos que el futuro de la colaboración no sea determinado por este infortunado suceso.

¿Y el resto del viaje? Bueno, ¡bien! Resulta que la hija de Porod tenía escarlatina, y no sólo eso, sino que contagió a su padre. Por ende, en los cinco días que estuve en Würzburg, sólo vi a Porod... por cuatro horas. Y El Posible Nuevo Colaborador, seguramente espantado por el Incidente Pizzero, decidió regresar más temprano a su pueblo de origen. Así que nada, a trabajar solito en Würzburg, ¡genial!

Ahora, tengo que decir que no sólo el paradero del bus 10 y la porca pizzería han cambiado en Würzburg. Lamentablemente, muchos de mis amigos ahí ya no están. Por ejemplo, Thomas y Karo están ahora en Florida, Specky se ha ido a Freiburg, Flora está en Italia, y Ritesh regresó a India.

Tres personas importantes también estuvieron ausentes, tres personas que me dejaron historias incompletas, que nunca pude cerrar ya sea por falta de tiempo o por estupidez de mi parte. Me hubiera encantado haber vuelto a ver a estas tres personas, asegurarme que estuvieran bien, y decir lo que en cada caso debí haber dicho, y hacer lo que debí haber hecho...

Pero no las encontré. D ha desaparecido del mapa, N se mudó a Potsdam y parece que no quiere mantener contacto con nadie en Würzburg, y V creo que iba a irse a Sudáfrica. Así que parece que tendrá que ser para otra vida. O dejar que las coincidencias hagan su magia nuevamente.

Anyway, suficiente melancolía otoñal. Me despido con un tip para todos ustedes, para que sepan algo de Roma. Si es que viajan a  Roma, y les ofrecen el pago de todos los gastos de viaje, asegúrense que el ticket del taxi no tenga propaganda comprometedora. No es chévere entregarle al secretario del laboratorio un ticket de taxi que tenga una propaganda de lap-dancing tan, pero tan grande, que parezca que la propaganda realmente es para el taxi.

Ta qué roche...

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Preludio a Roma


Sí, sí, dije que no escribiría más en Valencia, pero vamos, no me puedo quedar callado con esto. Además, hoy es día de huelga en España y tengo que encontrar algo que hacer.

Les conté de mi viaje a Roma en busca de piso. Les conté que me intentaron estafar un par de veces, pero que siempre me libré del asunto. Y también les conté que había encontrado un piso espectacular.

Ahora me preocupo.

Resulta que en este piso no tengo un contrato. Esto me preocupó inicialmente, pero luego Marinella, la esposa de Miguel Angel, me recomendó tomar ciertos pasos para evitar ser estafado. El chico que me alquiló la habitación tuvo que firmar una declaración de haber recibido el dinero, y me dio una copia de su tarjeta de seguridad social. La verdad es que me incomodó un poco pedirle esto, pero bueno, si iba a tener que depositarle dos meses de renta, y no ver el sitio hasta dos meses después, era una forma de quedarme tranquilo. Esta tranquilidad aumentó cuando el chico me dio las llaves del piso, vamos, me parecía imposible ser estafado.

Anyway, ayer envié mis tres paquetes, de como 25 kilos cada uno, a mi nueva casa. Decidí mandarle un mail al chico, avisándole que llegaba este viernes, y que tal vez los paquetes llegaban antes que yo.

El mail rebotó.
'Cha mare...

Esto me incomodó un poco, pero podía deberse a un typo o algo así. Noté que en la dirección que me había dado faltaba una letra de su nombre, así que la completé y reenvié el mensaje. Lo que le envié decía:

¡Hola ***! ¿Cómo estás?
¡Llego el viernes en la tarde! No estoy seguro de la hora, pero creo que será alrededor de las 16:00...
He enviado tres paquetes (grandes) a viale Manzoni, ¡espero que no lleguen antes que yo! Los paquetes llegarán el viernes, y se necesita mi firma para recogerlos, así que no te preocupes si llegan el viernes en la mañana, ¡ya que no se puede hacer nada si no estoy allá! Puedo recoger luego los paquetes otro día de las oficinas de UPS, creo...
Ok, espero que mi italiano sea comprensible, ¡lo siento! ¡Hablamos el viernes! ¡Ten una buena semana!

Claro, todo esto en mi italiano callejero. Esta vez el mail no rebotó, y al día siguiente (hoy) obtuve la respuesta. Aquí está la traducción:

Hola Joel,
Aquí todo bien, ¿tú cómo estás?
El viernes estás en Italia, podemos vernos el sábado o domingo, si organizo cualquier cosa con mis amigos.
Disculpa, pero no entiendo la parte donde me hablas de tus paquetes UPS en viale Manzoni...?
Hablemos de todas formas, mi número es *********, cuando llegues a Italia, llámame.
¡Adios!

Un análisis exhaustivo de este mensaje me ha hecho notar las siguientes Cosas Raras:

1. Primera Cosa Rara:
¿"Podemos vernos el sábado o domingo"? Chico, ¡vamos a vivir juntos! ¿Cómo que vernos sábado o domingo?

2. Segunda Cosa Rara:
¿No entiendes lo de viale Manzoni? ¿No te suena la calle? Hombre, ¡me estás alquilando un piso allí!

3. Tercera Cosa Rara:
¡El porco número que me has dado no es el número de la persona que me alquiló el piso!!!


Esto, naturalmente, nos lleva a La Pregunta Del Mileno: ¿A quién le he enviado el mail, y por qué cazzo me ha respondido????

Mein Gott. Todavía no llego a Italia y ya me están dando de qué hablar. ¡Qué locura, carambas!

Bueno, asumo que al llegar no habrán cambiado el cerrojo, y que no encontraré una familia italiana viviendo en mi habitación, y que el edificio no habrá sido destinado a ser demolido, pero vamos, ¡qué mala vibra que me da esto!

A ver qué pasa el viernes. Si no saben nada de mi pa' la próxima semana, estén tranquilos. Ustedes saben que aquí sólo cuento desastres.

¡Nos vemos pronto!

domingo, 19 de septiembre de 2010

Gracias Totales

Bueno gente, se acabó el doctorado. Antes de entrar a la nueva etapa en Roma, les dejo lo más importante de la tésis: los agradecimientos.

Es cierto: hay un huevo de gente que no menciono. A algunos los he incluído dentro de grupos, a otros no les he querido agradecer, y hay algunos que simplemente se me olvidaron. Hay otros que deberían estar aquí, pero que aparecieron por mi vida después de escribir los agradecimientos, en Junio.... Si no leen su nombre aquí, seguramente los he incluído dentro de un grupo, ¡no se preocupen!

También hay gente que no está en las fotos. ¡Tómate fotos más chéveres, pes, chocherita! ¡O tómate fotos en grupo!

Anyway, muchas gracias a Martin Jung por permitirme robar sus fotos. Bueno, lo hice sin que lo supiera, pero vamos, 'tan chéveres y le hago propaganda, ¿qué más puede querer? ¡Y disculpen aquellos a los que les robé alguna foto del Facebook!

Bueno, va, a practicar inglés. Última vez que les escribo con base en Valencia, cuidense un huevo, gente. Los voy a extrañar una barbaridad.

Joel

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With the whole PhD being a life experience, rather than just an academical one, the list of people who I must thank has become extremely large. Nevertheless, I dare not leave anyone out, for without them I would never have managed to survive this ordeal called "postgraduate studies.''

Let me start with the academics.

The person on the top of the list is, evidently, the Big Boss, my PhD advisor and friend, Oscar Vives. Not only he accepted me as a student, he also managed to guide me through all of this with patience, having always his door open. His helpfulness was found not only during research, as he many times also helped me deal with bureaucracy and with lectures.

I of course would also like to thank those people who evaluated this thesis. First of all, the people attending the defense: María José Herrero, Paride Paradisi, Werner Porod, Graham Ross and Arcadi Santamaría. I greatly appreciate it that you would come all the way from your workplaces over here, and to sit down and listen to me talk about this for an hour. I also need to thank Ivo de Medeiros Varzielas, who along with Paride Paradisi and Werner Porod, corrected the preliminary version of this work.


This thesis was carried out not only in Valencia. During these four years, I participated in four different international collaborations. I must surely thank the people who agreed to collaborate with me in each stay: Antonio Masiero in Padova, Werner Porod in Würzburg, Alberto Gago in Lima, and José Bernabeu at CERN. I'd also like to thank the institutions themselves, for the warm hospitality found in each one of them.

Still in the academic level, but starting to move also into the private level, I would like to acknowledge the help of some key postdocs in Valencia, who not only provided me with their knowledge and guidance, but also proved to be fabulous friends. Maybe the most important one of these is Lorenzo Calibbi, with whom I have worked with almost since the beginning of the PhD and who, either in person or by email, provided guidance when solving my inner theoretical turmoils. In this category I must thank again Paride Paradisi, for guiding me in the world of flavour physics and not killing me during those two weeks living together, Jae-hyeon Park, for teaching me about neutral mesons and for trying so hard to become Italian, Takashi Shimomura, for listening to my agonizing attempts to make neutrinos misbehave and for those photographs he took every two hours, Lotfi Boubekeur, for the discussions regarding Higgs mass bounds and for letting me finish my thesis in peace, and Neil Hodgkinson, for the flavour model collaboration and for giving me hope that my Dad is not the only cool Englishman around.


Now come the acknowledgements of a more non-academical nature. The first ones on this list are my family, naturally. Mum, Dad and Julian, who were always there. They heard all of my issues, they understood me during tantrums, they supported most of my travels back to Perú during Christmas, and have been always open to my phone calls. They have crossed oceans so that we could all meet, have shared meals through a computer screen, and most importantly, have always encouraged me to keep on going, in spite of actually not enjoying having the family split apart.


After the family, come the friends. And thanking all of them is going to be a difficult job, for although I treasure them all, not all of them have been always around. So let me start with my four pillars, four people who have been around practically from the very beginning, and who have been essential for me to remain sane (although they have also tried many times to get me crazy). I'd like to begin with Catalina Espinoza, and I know there are simply no words that can describe how meaningful her presence was during the whole of the PhD, so I will simply not try. Then comes Paula Tuzón, most wonderful friend who opened her arms and let me into her world in Valencia. We have shared working interests, life experiences and a wonderful co-organization of Pedestrian Seminars. On equal terms also lie Esther Estevez and Paola Ferrario, although their individual contribution to my well-being went in completely opposite directions. While the former's ever-increasing insanity taught me that being happy can be achieved through simple means, the latter's "sweet affection'' (her words, not mine) never failed to bring me peace.


Now it gets even more complicated to set out an order, so I'll do it chronologically.

Shortly after my arrival at Valencia, I met this wonderful group of people. Almost all of us were forced to follow a dreaded Master's degree (I hear it's better nowadays), and the sharing of the fear and stress made our ties be the strongest. I really would like to thank Pere Moreno, Selim Gomez, Regina Moles, Pablo Arnalte, Vicente Lacuesta, Zahara Gironés, Carles Milian, Carlos Mayoral, Avelino Vicente and Montse Carles for that year, especially those Thursday nights when you would never let me go home before 1:00 am, regardless of there being work on the next day. I am also happy to have met Paula's friends, in particular Inma Miquel, Guillermo García and Lucía Rodríguez.


The following year I was mostly away. I spent three months in Padova, where I again met very interesting people. The whole Padova experience would never be the same without Alfredo Franco (the Weekend-Weather-Controller)and Alicia Calderón (the Vampire Killer, a.k.a the Potato Peeler), who besides my four pillars are two of the most important people I've met in these four years. I don't expect to ever again find such a source of innocent insanity. The people at the Galileo Galilei residence were also very dear to me, although mentioning them all would be crazy, even for me.

The three months in Padova were shortly followed by four months in Würzburg. The PhD students there have been the friendliest ones I have ever met. I'd really like to thank Nadine Schütz, Dolores Eiras, Thomas Schutzmeier, Karo Köpp, Alex Schenkel, Alex Knochel, Lisa Edelhäuser, Flora Sapio, Christian Speckner, Laslo Reichert and Matthias Bräuninger for four fabulous months of German culture. Of course, I am leaving a lot of people out again.


The following long-term period in Valencia was different from the first, as routines had changed during my absence. First of all, I need to thank Dalia Cervantes, Yoko Nakano and Fernando Izaurieta for being there at a particular stage of this period, characterized by the migration of most of the people I knew to the IFIC. Martin Jung, Isabella Bierenbaum, Aurore Courtoy, Fabio Bernardoni, Alberto Filipuzzi, Laura Monfregola, Vicent Botella and Javi Rasero have also given me dear memories, or at least make me laugh for one reason or another. I would also like to thank Paola's group of friends for letting me join their activities every now and then, in particular to Michele Baggi and Diana Baigts.

Before this long-term period ended, a couple of new people entered again into my life. One of the most important of these is Nuria Carrasco, whose personality was like a breath of fresh air. Of course, I cannot leave out Felip A. Nadal, who taught me that it is possible to combine together addictions related to programming, Valencian music, conformal field theory and semi-naked ladies. Other new people who I would have liked to have spent more time with are Simon Kiesewetter, Eduardo Peinado, Redamy Pérez and Pietro Galli.



And no, I am not leaving my housemates out. First of all, my dear friend Mary Mancuso, to whom I wish the best of luck in her new life. And of course, the friends for life, Domenik Gschwendtberger, (a.k.a. Herr Deutschland, a.k.a. Schweineburger) and Aude Barroso (she's simply ODD). I also hope that Franzi Niemann, who was our housemate for a weekend, shall maintain this status of lifelong friend too.


Finally, during the final phase of the PhD, I stayed for three months in Genève, where again I was gifted by the presence of unforgettable people. My Spanish experimentalists at CERN (a.k.a. La Peña), Neus López, Luis March, Javi Llorente, Héctor De La Torre and Daniel Esperante, along with Regina Moles and Vicente Lacuesta, taught me that you do not have to be in Spain to discuss politics and/or football with so much passion. Joana Ferrer, Antonino Barbera, Nurit Benaya and Lucy Thompson managed to get me out of the circle of physicists, and I really hope I do not lose contact with them, even though we have known each other for less than two months. I shall also remember with fondness all of those at the St. Justin Foyer. And yes, I am leaving out lots of people, we've gone through this before, right?


There are also the friends who have been there with me at the distance, one way or another. I cannot avoid thanking Jessica O'Hara for the first two years of the PhD, which although hard, were unique. Nicole van der Laak and Catherina Valarezo shared many similar experiences, and our email and Skype conversations were most invaluable. Luciano Stucchi, Katty Zegarra and Francisco Rodriguez were also there, each one in their own way. I need to thanks also the Putanclan and Fuga groups (you know who you are), for invigorating me with energy every time I returned to Perú, and making me feel as if I had never left. Juan Diego Dupuy, Gonzalo Gallo and Walter Torres were also crucial in this invigoration process. The people at the PUCP Physics Department have also been quite supportive all of these years. Mauricio Bustamante is a relatively new friend within this big group of people, and I hope to see him in Valencia sometime soon.




There are some other people who have played some role within these four years. I'd like to thank Josep Pico for convincing me to apply to the PhD in Valencia. There is also Fernando Chávez, who helped my parents with the paperwork that needed to be done in Perú while I was away in Valencia.

Going back to Valencia, I should thank the Theoretical Physics Department, for supporting the Pedestrian Seminar project. This also includes the secretaries, who always made an effort to make my life easier... well, at least most of the time.

Now, there's the money. Of course, I need to thank the Spanish Ministry of Science and Education, or whatever it is called nowadays, for trusting me with the FPI scholarship. I would also like to thank the Spanish agreement with the Italian INFN for providing me with funds for travelling to Italy, and the HELEN grant for financing my working trip to Perú.

You can tell I am reaching the end, as now the bold letters are fading away. I have to thank the organizers of those conferences who allowed me to give talks or present posters. These conferences are DISCRETE'08 (Valencia), the 2009 SILAFAE (Bariloche), PLANCK 2009 (Padova), the EPS HEP 2009 meeting (Krakow) and SUSY 2010 (Bonn). I would also like to thank the GGI Workshop (Firenze) for letting me attend their event in 2010, as well as those at PLANCK 2010 (CERN) and PASCOS 2010 (Valencia).

Finally, I would like to thank this thing we like to call God for staying in touch with me, one way or another, through all of these years.


These four years have been a blast, people. I shall treasure them forever. May the greatest happiness ever experienced invade every corner of your existence.


I love you all.


And now, let the show begin...

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miércoles, 1 de septiembre de 2010

Ich Liebe Deutschland

No, no, en serio. Me encanta Alemania. Es un país que siempre me hace reír. Desde el ingenuo humor ("todo tiene un final, excepto la salchicha, que tiene dos"), hasta aquel concepto traducido como Beer-Border (límites entre regiones determinados por el tipo de cerveza que se consume, más que por la geografía), Alemania siempre me trae sorpresas.

Esta vez sucedió en Bonn, en donde se llevó a cabo SUSY 2010. Llegué a la ciudad con Paula, la Supernena (traducido en peruano como Chica Superpoderosa). Luego de comer un poco y conseguir cada uno su habitación, decidimos irnos a descansar, ya que sería una conferencia bastante larga.

El primer problema se dio al intentar dormir. Al apagar la luz de mi habitación, un destello rojo intenso se reflejó en mi rostro. No, no es lo que creen, nuestro hotel no se encontraba en la zona roja de Bonn. Resulta que los geniales diseñadores del hotel decidieron instalar un reloj digital en la pared de la habitación, al costado de la cama, justo a la altura de mi cara. Seguramente esto fue puesto con el muy loable objetivo de hacerme llegar temprano a la conferencia al día siguiente. Claro, si es que no dormía en toda la noche, me sería imposible llegar tarde por quedarme dormido.

Descubrí que el relojito en cuestión venía con unos botones, con palabras alemanas que no comprendía. Grande fue mi sorpresa cuando, al apretarlos, empezó a sonar música alemana a todo volumen. Siendo bastante tarde, supongo que esto no le gustó mucho a mis vecinos... Afortunadamente logré apagar el porco aparato antes que me cayera un blitzkrieg o algo por el estilo. Pos na', a tapar el relojito con la almohada, ¡ni modo!

Ahora, ustedes saben que viví una época en Würzburg. Algo que no saben, es dónde viví. En esa época, compartí una casa con Flora, una profesora italiana. Esta casa era aparentemente muy típica, tenía mucha madera, pieles de animales en las paredes, y tal. Una cosa que me llamó mucho la atención en esta casa fue el wáter (inodoro). Ahora, antes de contarles sobre este wáter en particular, revisemos nuestros conocimientos sobre waterología.

Un wáter común y corriente está diseñado para que, cuando el hecho es consumado, el hecho caiga dentro del wáter para su posterior expulsión hacia el desagüe público. Hasta aquí todos me siguen, ¿no? Déjenme hacerles notar un detalle importante: cuando el hecho es consumado hacia la tasa del wáter, éste cae en agua, de forma que los olores no se propagan.

Ahora viene el detalle (abstenerse de leer los asquientos). La gran diferencia entre el wáter al cual todo el Perú, España, Italia, Reino Unido, etc están acostumbrados, y el wáter que encontré en esta casa, es que éste último viene provisto de una especie de meseta, una plataforma sobre la cual el hecho es depositado luego de haber sido consumado. Y sí, en esta plataforma prácticamente no hay agua, así que los olores se propagan.

Ustedes dirán que soy un exagerado, que basta con jalar la cadena breves segundos luego de consumar todo el hecho. Pero no es tan sencillo, porque esta plataforma se encuentra a escasos centímetros de uno, de forma que si uno ha consumado mucho del hecho, es difícil evitar tener miedo a que el chorro de agua impulse el hecho hacia el desprotegido... pompis del usuario.

Fueron tres meses muy duros.

Anyway, grande fue mi sorpresa cuando encontré el mismo wáter en el baño de la universidad. Me fue difícil contener el grito de horror: Mein Gott!!!!

Estando rodeado de alemanes, tuve que sacar el tema. Tal vez fue un error haberlo hecho durante la cena de la conferencia, pero vamos, la duda me estaba matando. Straub y Altmannshofer confirmaron mis dudas: esos wáteres se usan para tomar muestras y examinar la composición de los hechos, y ambos los consideraban extremadamente útiles en un contexto familiar. Uno de ellos dijo que no era muy común ver este tipo de wáteres hoy en día, mientras el otro me dijo lo contrario, dándome así información innecesaria sobre el tipo de wáteres que cada uno tiene en su casa. Ewwww!

(Porsiaca, NO les recomiendo buscar este tema en Google Images)

Teniendo todo esto en mente, me topé con otra sorpresa en los baños alemanes (¿por qué este post está tan repugnante?) Al entrar a otro baño en la universidad, y dirigirme hacia los urinarios (los personales), encontré un aviso en la pared. El aviso no tenía nada escrito (aunque tampoco creo que entendería mucho de no ser así), simplemente mostraba dos imágenes, una con una señal de "prohibido". La imagen prohibida mostraba a una persona haciendo lo que un hombre tiene que hacer frente al urinario. ¿Prohibido? La imagen del costado mostraba a la persona sentada en el urinario, haciendo lo que se debe hacer hacia adentro. Was zum geier???

Miré los urinarios con miedo, y me di cuenta que si quisiera hacerlo, podía realmente sentarme en ellos. Pero... ¡no podía ser! ¡Claramente era una broma! Pero por otro lado... ¿y si era algo raro como los wáteres? En Würzburg no vi nada parecido, pero esto era Bonn, y los alemanes son distintos ahí.

Al final me encerré en un cubículo con wáter, y me quedé parado, como Dios manda. No había forma alguna que le hiciera caso al letrero, no way. ¡Imagínense nomás! ¡Entran a un baño, y encuentran a un güey sentado en el urinario! ¡No hay forma, señores!

Bueno, bueno, cerremos el tema, ya los he torturado suficiente con este Schweinerei. La conferencia genial, me encontré con la gentita de Würzburg, a muchos de ellos no los veía desde el 2008. Junto con la gente de Valencia, amigos nuevos de München, y una que otra persona más, logramos darle la vuelta a la ciudad un par de veces. Grande.

Para esto, al final, después de tanto insistir, el blog no ganó el concurso de los 20 Blogs Peruanos. Bup. De todas formas, felicitaciones al blog ganador por el triunfo. Y muchísimas gracias por el apoyo y los votos, ¡realmente se aprecia!

Cuidense, ¡nos vemos pronto!

martes, 24 de agosto de 2010

Una Cortita en un Club en Bonn


- El Güey: Órale, mira a la chica a tu costado, ¡tienes que hablarle!
- El Ché: Tenés que ser vos, tirá ya.
- Yo: Tranquilidad, gente, tranquilidad...

(Sí, ellos podrán tener razón que eres el único con chances de hacer contacto con el grupo de chicas bailando a tu costado. Pero también es cierto que la chica en cuestión tiene una cara de depresión absoluta, y tú sabes cómo acaban esas cosas. Yo que tú no la hago, compadre...)

- El Güey: ¿Pero qué haces? ¿No ves que tienes todas las chances de hablarle?
- El Ché: Si ya la dejó el boludo que la estaba molestando. ¡Animáte!
- Yo: Hmmm...

(Claro, pero lo que ellos no saben es que siempre terminas siendo el psicólogo, o buen amigo, o whatever, de todas las chicas que conoces. Recuerda la sesión de box en Cracovia. Recuerda el 0% en Ginebra.)

- El Güey: ¡No mames, güey!
- El Ché: ¿Querés que lo intente yo?
- Yo: Un toque, un toque...

(Pucha, ahora estás quedando como idiota frente a estos dos. Ya pes, dale, aprovecha que te acaba de mirar.)

- Yo: Huh, you know English, don't you?
- Ella: Yeah, I do!
- Yo: And you're from?
- Ella: From Scotland.
- Yo: Ah, beautiful country!
- Ella: Yeah, and now I'm here doing some studies.
- Yo: That's nice.
- Ella: Well, more or less, the problem is that my boyfriend is now in the States, and I do not like the long distance relationship....

(Genial. Nuevo record. Te volviste psicólogo en menos de tres minutos. Grande, compadre, grande...)

***

PS: ¡Resulta que he quedado finalista en el concurso de 20 Blogs Peruanos! ¡Muchísimas gracias por los votos!

viernes, 13 de agosto de 2010

Ángeles y Demonios

Acabo de regresar de Roma. Mare meua... qué tal viaje.

En este viaje tuve dos objetivos principales: encontrar dónde vivir y abrir una cuenta de banco. Esto último fue bastante fácil, conseguir el codice fiscale fue un juego de niños en comparación a sacar el NIE en Valencia, y bastó con mostrar la carta de Frascati ofreciéndome chamba para que me abrieran la cuenta (aunque nunca me dejaron de mirar de forma sospechosa).

Conseguir dónde vivir... eso sí fue una locura.

Es la sexta vez que me voy a otro país a vivir por más de una semana, así que ya tengo bastante experiencia en esto de buscar piso. La primera vez, en Cambridge, fue un desastre, y terminé viviendo con los seis chinos. En Valencia me fue bastante bien, al igual que en Padova y Genève. Würzburg fue complicado, como podrán haber leído antes. Esta vez, la búsqueda fue una especie de batalla entre ángeles y demonios.

Los ángeles aparecieron antes de salir a Roma. Primero Laurita, que como buena romana me dio muchos consejos sobre qué zonas eran buenas y qué zonas no (yo me estaba yendo inicialmente a una especie de Bronx Romano). Luego estuvo Nuria, que me prestó un libro sobre comunicación italiana... aunque he descubierto que mi italiano está mucho mejor de lo que todo el mundo cree, y que si debo hacerlo puedo comunicarme (supongo que me preguntarán entonces por qué agradezco a Nuria... digamos que es por la intención, y porque quiero que la chica deje de estar molesta por haber dicho en el post anterior que casi nos mata... esperaba que reconocerla como uno de mis "ángeles" en esta odisea pudiera aplacar su furia... aunque me huele que con este paréntesis la habré vuelto a embarrar).

Como voy a viajar todos los días a Frascati, necesitaba encontrar un sitio bien conectado a la estación Termini. Opciones interesantes resultaron ser Piazza Bologna, la zona de Pirámide, y la zona de Re di Roma. Todas conectadas con metro, con un viaje de menos de diez minutos a Termini. Antes de ir, saqué un huevo de información de EasyStanza, Bakeca y miles de sitios en internet más. Al llegar a Roma, tenía en mi libreta unos 13 números de teléfono para llamar.

Otros ángeles que aparecieron en mi camino fueron unos "primos" que mi madre sacó de la red. Técnicamente no son mis primos, se trata del sobrino de la esposa de mi tío Kike, y la esposa de este (quien pudo seguir el hilo merece una estrella en la frente). Anyway, al primo Miguel Angel lo había conocido en mi infancia, pero al haberlo dejado de ver hace ya unos 15 años, evidentemente me había olvidado de él (ya saben, soy una bestia pa estas cosas). Pos na', este primo resultó ser lo máximo, lleva ya bastante tiempo viviendo en Roma, así que me pudo dar muchos tips en el instante. Primer tip: tú no eres peruano, eres inglés.

'Cha mare.

Ya me había pasado esto al llegar a Valencia. Me recomendaron lo mismo, y fue curioso, al alquilar mi primer piso, recuerdo haberle dicho a la dueña que yo era mitad inglés, mitad peruano (no puedo evitar decir que soy peruano, pe). No obstante, parece que se quedó sólo con la parte inglesa, ya que luego me dijo algo como: "En este piso queríamos una chica, pero como vemos que eres responsable (bla bla bla) te lo dejaremos a ti, no parece que vayas a destrozar el piso, no como los peruanos, que en un piso de dos personas meten a 20".... Yo quería quedarme con ese piso, así que me mordí la lengua, muy a mi pesar.

Anyway, mi primo tenía razón, pero ni así me fue fácil. Cuando la gente escuchaba mi imperfecto italiano, y se daban cuenta de que era extranjero, me cancelaban al toque. Una chica se hizo la loca, y actuó como que ya no le funcionaba el teléfono (no le daría el Oscar, eh). Otro, luego de hacerme como 15 preguntas, me dijo "Sorry, ya hay alguien en esa habitación" (¿pa qué me preguntó tanto entonces?). Otro resultó ser medio maniático... empezó una polémica donde, aunque intervino Marinella, la esposa italiana de Miguel Angel, terminamos colgándole. Loco.

De mis 13 numeritos, saqué dos citas. Nada más. En la primera cita, el chico que me mostró la habitación tenía algo raro. Luego, Marinella me lo aclaró: patea con la zurda, compadre. Yo no me había dado cuenta. Pero bueno, eso no sería problema si es que no fuera porque, además, ella me dijo que tenía cara de quererme comer. Ejem, eso sí sería un problema... ¡supongo que he tenido suficiente con los acosos de Bruno para toda una vida!

La segunda cita salió bien, era en un sitio un poco oscuro, pero en una apartamento bastante internacional. El chico que nos mostró el sitio era griego, muy buena gente, y nos ofreció chocolates checos. Grande, además de internacional, buena onda. El problema era que necesitaban que entrara en Setiembre, y yo llegaré en Octubre. Pagar un alquiler de un mes por gusto como que no afana... Por otro lado, tampoco era seguro que me tomarían, así que no podía confiarme. A buscar más sitios.

Al final, encontré unos 40 números. ¿Saben cuántas citas saqué? Siete. Sí, Seven, como la pela.

El gran problema era que todos necesitaban que alguien entrara en Setiembre. Yo sentía que esto era como conseguir el sitio mediante agencia, donde uno tiene que pagarle a la agencia una cantidad igual a un mes de renta por sus servicios. Y en eso encontré la luz, y me dije "¡Vamos a una agencia pues!"

Luego descubrí que todas las agencias habían cerrado por vacaciones... el mismo día que llegué a Roma. 'Ta mare.

El miércoles la situación fue crítica. Estaba recontra desanimado, en cuatro días había visto sólo cuatro sitios, y estaba harto que me dijeran que no. En eso, algo ocurrió. El día anterior había mencionado en Facebook que la situación estaba complicada, y parece que la gente rezó, o me mandó energías positivas, o me desearon lo mejor, o pusieron a San Antonio de Padova patas arriba. Porque luego de esto, recibí dos mensajes de texto, ofreciéndome citas. Resulta que eran dos personas que habían recibido mis correos electrónicos (porque además de los 40 números había enviado como 30 emails). Además de esto, una de mis llamadas tuvo frutos, y conseguí otra cita. ¡Y los tres sitios fueron espectaculares! Ese día fue grandioso. Así que gracias totales por sus rezos, energías positivas, buenos deseos y volteadas de San Antonio (pónganlo derecho al pobre, plis).

Anyway, debía tomar mi decisión. Mis opciones eran:

- La Casa de los Gays Acosadores.
- Los Griegos Internacionales.
- El Gordito Simpaticón.
- El Cuartito en el Centro.
- El Depa con Terraza.
- La Jungla Multitudinaria.
- El Edificio Viejo con Madre Adoptada.

Sí, uno tiene que entretenerse con los nombres, pe.

Llamé al quinto... y me aceptó. Y ahora, ¡puedo decir que tengo dónde vivir en Roma! (Aplausos, bombos, platillos, fuegos artificiales)

¡Pero agárrate, compadre! No sólo está al costado del metro, ni convenientemente comunicado por bus con la zona juerguera de Trastevere, ni tiene una súper terraza, ¡este sitio está a diez minutos a pie del Coliseo! ¡A diez minutos de una de las Maravillas del Mundo, papá! ¡Es como que te diga que voy a vivir a diez minutos de Machu Picchu!

...

Okey, okey, tal vez vivir a diez minutos de Machu Picchu sea un toque más exótico... Lamentablemente, no existe ningún laboratorio de física nuclear cerca de allí...

...

Hmmmm.... un laboratorio cerca de Machu Picchu... tengo que apuntar esto en mi libro de "Ideas Geniales," tal vez pueda convencer a Alan cuando regrese a Lima... ¿Cómo? ¿Que ya no estará? No pes, compadre, esto lo planeo para su tercer mandato... no, no way, con eso ni se bromea, toco madera, toco madera...

Anyway! Regresemos al contexto. ¡Ya tengo dónde vivir en Roma! (Aplausos, bombos, platillos, fuegos artificiales)

Un éxito. Viviré con un italiano, y aparentemente con una chilena (ojalá que no nos mechemos por el pisco nomás). Y ya está, hice el depósito, y ya tengo las llaves. ¿Cómo? ¿Lo quieren ver? Ok, una foto, pero sólo una, eh, tampoco quiero que sea fácil encontrarme. Parece que hay un par de desubicados que no me quieren mucho, pero aún así chequean este blog. Ahí va:



Ya les cuento más sobre el sitio cuando me mude allá, en Octubre. Por ahora creo que ya ha sido mucha tortura pa ustedes, así que los dejo en paz. Me despido, haciéndoles recordar que tienen hasta el 20 de Agosto pa votar por el blog en el concurso. Pueden votar acá, teniendo en cuenta que hay que responder al correo de confirmación (o sea, chequeen la bandeja de correo no deseado). Dai! ¡Apóyenme pe!

¡Nos vemos pronto! Adeu!

domingo, 1 de agosto de 2010

El Fin de un Ciclo

Ayer recibí los once ejemplares que mandé a imprimir de mi tesis de doctorado.

Sí. Se acabó el juego. El fin del doctorado está cada vez más cerca. Dos meses más y estaré fuera de España, tras haber defendido la tesis. Qué locura.

Regresé a Valencia, luego de mi estancia en Ginebra, hace un mes. Fue bastante extraño, por un lado no me quería ir de Ginebra, ya que sentía que había muchísimo más por hacer. Pero por otro lado, necesitaba regresar y empezar a cerrar el ciclo. Ver gente, revivir rutinas, aprovechar Valencia.

El regreso empezó con una sorpresa. Herr Deutschland y ODD abandonaron el piso antes de que regresara, y entraron nuevas personas. Parece que mi casera se encariñó conmigo, porque las tres nuevas personas resultaron ser todas chicas guapas. Dos polacas y una mexicana, llamadas respectivamente Ola, Ela y Eli. Sí, en serio, como si fuera película porno, así.

Ok, ok, seré sincero, los nombres no son exactos. Ola realmente es Aleksandra, y Ela es Elizabetha, pero parece que en Polonia les gusta abreviar... aunque nunca entendí de donde sale la "o" de Ola, y cuál es el problema con "Ale", pero bueno, hay que ampliar horizontes, ¿no? Por otro lado, el nombre de Eli realmente es un poco más largo, pero como me huele que se toma muy en serio su privacidad, dejémosla como Eli.

Las polacas eran lo máximo. Ela no sabía hablar nada que no fuera polaco, y era un poco malhumorada, mientras que Ola era todo lo contrario, era el ser más alegre del mundo, y estaba siempre dispuesta a ayudar. ¡Hasta nos lavaba los platos! ¡Y ni siquiera se quejó cuando Nuria casi nos mata a todos conduciendo al Tuéjar! Una maravilla esta chica, para guardarla con candado. 

Anyway, junto con el cambio en compañeras de piso, también ocurrió un cambio en rutinas. En vez de quedarme hasta las 11 pm revisando cosas de la tesis, ahora me quedo hasta las 11 pm buscando un piso en Roma.

Es increíble la cantidad de estafas que uno encuentra en internet. La otra vez encontré un piso que se veía bastante bien. Ubicado cerca a la estación de tren (perfecto para ir a Frascati todos los días), con un buen precio, y con fotos bastante bonitas. Le escribí a la chica, Claudia Sandionigi, que me respondió amablemente, me mandó más fotos, y me contó de su vida. Se suponía que había heredado el piso de su madre, pero como viajaba mucho, el piso se quedaba abandonado por semanas. La chica además había viajado mucho, y parecía bastante agradable. Chévere.

Afortunadamente, estoy rodeado por físicos. Al contarle esto a Carlos, me preguntó "Y la tía, ¿está buena?" Yo ni idea tenía, por lo cual me instó a buscarla en Facebook o Google. Luego de una búsqueda en Google, no encontré ninguna foto, pero vi su nombre asociado al alquiler de un piso en París. Extraño.

Al hacer click en el anuncio, no salió nada. El anuncio había sido flagged por alguna razón, y ya no estaba disponible. No obstante, me entró una duda. Revisé las fotos que me había mandado, y descubrí que ninguna coincidía con el anuncio original. Mala vibra.

Decidí luego usar Google Maps. Entré al Street View, y busqué la calle. Encontré esto:


Medio feo, ¿no? Como que el exterior no coincidía bien con las fotos del interior del piso... Mucho más traumatizado, busqué el número exacto. Y encontré... una peluquería.

Bueno, por lo menos esta vez no fue un cráter.

Convencido al 99% de la mentira (ya sé que les gustan los porcentajes), copié partes del mensaje de la chica y los puse tal cual en Google. Y encontré otras ofertas, muy parecidas, que habían sido identificadas como estafas.

Ok, convencido. Claudita Sandionigi, no me vas a hacer el avión. Adéu, adéu.

Más convencido estuve cuando encontré otro aviso, el cual respondió mi mail con exactamente el mismo correo que Claudita me había enviado (sólo que cambiando su nombre). Che vergogna!

Anyway. Agosto será una locura, en cinco días me voy a Roma a ver los pisos personalmente (seguramente tendré algo qué contar), y luego terminaré en Bonn, en SUSY2010 (5 puntos para quien recuerde SUSY2007, en Karlsruhe, sin cliquear el link). De allí a Oxford, que Till y Christine se casan.

¿No se suponía que volvía pa' aprovechar Valencia?

Por cierto, al final me animé, estoy participando en el concurso este de los 20 Mejores Blogs Peruanos. Evidentemente no pretendo ganar, pero me gustaría saber qué tan populares son estas pavadas que escribo. Entonces eso, si quieren votar por el blog, hagan click aquí.

¡Hasta la próxima!

jueves, 8 de julio de 2010

Sesión de Fotos

Mi estimado, usted entenderá que, a pesar que uno intente hacer bien las cosas, a veces dichas cosas salen mal. Es algo terrible, lamentable, pero muchas veces inevitable. A veces uno resulta tener una especie de karma que provoca una extraña atracción hacia los desastres.

Le pongo un ejemplo.Ya le conté hace algún tiempo sobre mi amiga Catalina. Y aunque la capacidad de ésta para atraer desastres es sumamente mayor que la mía, esta vez el desastre no está relacionado con ella. Por lo menos no directamente.

Resulta, mi estimado, que mi amiga Catalina acaba de terminar su tesis. Hace un par de días fue la defensa, y unas horas antes de presentar su trabajo, me pidió que le prestara mi laptop. Aparentemente el monitor de la suya no funcionaba apropiadamente y, evidentemente, uno no quiere arriesgarse a que las cosas salgan mal durante un evento tan importante. Así que perfecto, no hubo problema, le presté mi laptop.

Al entrar a Windows, hice algo sumamente importante: apagué el wireless. Tal vez usted no comprenda por qué es esto tan importante, mi estimado, pero la próxima vez que vaya a una conferencia, y en plena charla vea a la madre del presentador mandando mensajes en Skype, preguntándole a su hijito si quiere le ponga ketchup a su tacu-tacu cuando regrese a casa, acuérdese de mi. No, no es algo que me haya ocurrido personalmente, pero es un temor que siempre está ahí.

De todas formas, mi estimado, mi amiga Catalina presentó su tesis utilizando mi laptop. Lo hizo bastante bien, a pesar que ella lo niegue, como es típico de ella. Después de esto, llegó la sesión de preguntas, en la cual mi amiga Catalina dejó la laptop para resolver las dudas del tribunal de tesis. Y es aquí que ocurrió lo terrible.

Resulta que me había olvidado de desconectar el protector de pantallas. Sí, mi estimado, hablo de ese programa que se encarga de mostrar figuritas en la pantalla luego de varios minutos de inactividad. Lamentablemente, mi protector de pantalla no es un campo de estrellas, ni un laberinto de tuberías, tampoco involucra al símbolo de Windows (¡Dios me libre!). Lo que hace mi protector de pantalla es mostrar las fotos que tengo almacenadas en mi computadora.

Sí, lo escuchó bien. Mientras mi amiga Catalina respondía las preguntas del tribunal, mi laptop decidió mostrarle a todos en la sala, desde el alumno más joven hasta el catedrático más anciano, todas las fotos posibles. Mi amiga Catalina, de espaldas al proyector, nunca se dio cuenta de lo ocurrido.

La primera foto, fue bastante inocente, involucrando al equipo de remo de Clare Hall:


En ese momento, empecé a sudar, mi estimado. Por supuesto, tengo fotos algo comprometedoras en mi laptop, y me empezó a preocupar mi ya mancillada reputación. La segunda foto fue sencilla, también de Cambridge, tomada desde el techo del DAMTP:


Para este momento, más de la mitad de los asistentes estaban más interesados en ver cuál era la siguiente foto en salir, en vez de escuchar las respuestas de mi amiga Catalina. Afortunadamente, la laptop decidió ser buena conmigo, y se quedó un rato más en Cambridge. Esta vez, mostró al equipo de remo de Clare Hall en acción:


Espero que sea capaz de distinguirme entre los fieros remeros que aparecen en esta foto, mi estimado. Lamentablemente para mí, los asistentes no me reconocieron.

La laptop parece haberse aburrido luego de Cambridge, ya que saltó a Perú, mostrando la siguiente foto:


En ella sale mi grupo de música, Fuga, luego que yo los abandonara para estudiar lo que estudio, y trabajar en lo que trabajo, mi estimado. Afortunadamente, en dicha foto las "Monses" salen pequeñas, evitando la probable huida galopante de todos los asistentes, presas del pánico.

La sesión de preguntas estaba acabando, cuando en eso la laptop decidió mostrar una foto de mi madre, en Zermatt:


Supongo que le gustará saber a mi madre que por lo menos Felip opinó que salía muy guapa.

Ya creyendo estar a salvo, cometí un error, mi estimado. Y ese error fue confiar. Confiar en que mi laptop no tendría alguna jugada bajo la manga. Pensé que no mostraría ninguna foto demasiado comprometedora, y que no arruinaría la sesión de preguntas de mi amiga Catalina.

Y en eso, apareció Maribel:


Y en eso, la sesión de preguntas de mi amiga Catalina dejó de ser lo más importante del momento.

Espero, mi estimado, que mi amiga Catalina nunca se entere de por qué exactamente la gente empezó a reirse. A mi me da miedo informarle... como bien entenderá.