miércoles, 22 de junio de 2011

Con Respecto Al Amanecer

Hay veces en que uno simplemente necesita juerga. Ya sea por estrés en el trabajo, por insatisfacción en casa, por frustraciones sociales (o por las tres cosas al mismo tiempo), hay un momento en el que el cuerpo dice: "¡Olvídate, güey! ¡Quiero ver un amanecer!"

Y bueno, al cuerpo a veces hay que hacerle caso.

El plan era sencillo. Me juntaba con El Italiano Bonachón, nos tomábamos un trago en el bar donde trabajaba La Finlandesa Demente, y terminábamos en el cumpleaños de La Profesora de Italiano. Y si la fiesta terminaba pronto, nos íbamos a otra fiesta donde sea. Lo importante era estar despiertos hasta ver el amanecer.

Llegamos al bar de La Finlandesa Demente, que estaba vacío. Bueno, obvio, eran las 9:30 pm, a esa hora no empieza la juerga. La chica en cuestión lamentablemente estaba muy ocupada para hacernos mucho caso, pero por conocerla recibimos un descuento: 5 euros por la peor spritz que he tomado en mi vida. Hooray.

La Finlandesa Demente nos dijo que terminaba de trabajar a las 3:00, y que necesitaba compañía hasta las 5:00 de la mañana, hora en que salía su tren a casa (La Finlandesa Demente vive en un sitio lejano que llamaremos El Poto Del Mundo). La situación nos pareció perfecta, le dijimos que nos llamara al salir y le decíamos dónde estábamos. Chévere.

Pues nada. El Italiano Bonachón y yo nos dirigimos a Garbatella, donde era la fiesta de cumpleaños de La Profesora de Italiano. En el camino vimos un manchón de chicas guapas tomando bebidas aparentemente alcoholizadas, bastante cerca de la estación de Pirámide, y nos extrañamos, ya que por esa zona no hay nada. Bueno, nos dijimos, si la fiesta está aburrida, nos vamos a Pirámide y ya está.

La fiesta de La Profesora de Italiano estuvo simpática. Habían un par de caras conocidas, así que bien, pudimos integrarnos relativamente bien. Lamentablemente, después de poco tiempo el equilibrio hombre-mujer se perdió. Parecía que habían tres chicos por cada chica. Luego, La Suiza Melancólica decidió irse. De allí, La Alemana Italoparlante dejó de hacernos mucho caso. La Gringa Complicada se desacopló del grupo. La Mexicana Extrovertida se encariñó con el novio. La Gringa Simpaticona, a quien El Italiano Bonachón le había echado el ojo, partió. Particularmente, no le encuentro mucho gusto a bailar solo o entre hombres, así que al ver la situación, El Italiano Bonachón y yo nos dijimos: somos fuga.

Salimos a las 2:00 am, dispuestos a encontrar la mejor fiesta en Garbatella. ¡Y claro que la encontramos! Era una en donde habían tres chicas y catorce chicos, mirándose las caras. Por supuesto, ni se nos ocurrió entrar, Garbatella ese día era un barrio muerto. Seguimos adelante.

Decidimos ir a Testaccio, donde trabajaba La Finlandesa Demente. Seguramente para entonces el local se habría animado, y de todas formas, faltaba poco para que la chica saliera de la chamba. En el camino pasamos por Pirámide, y descubrimos que todas las chicas guapas habían desaparecido. Mannaggia.

Testaccio era un desierto. Parecía película del lejano oeste, sólo faltaba la bola gigantesca de polvo dando vueltas en el horizonte. No entendíamos qué pasaba. Llegamos al bar, y estaba desierto también. Anyway, esperamos a La Finlandesa Demente una media hora. Vamos, recién eran las tres de la mañana, en principio teníamos dos horas más para juerguear. El plan ya estaba trazado: iríamos al centro, a un hueco al costado del bar irlandés, que estaba abierto hasta quién sabe cuándo. Ese sitio seguramente seguía vivo.

Lamentablemente, La Finlandesa Demente, al salir del trabajo, nos dijo que no quería juerguear.

Repito.

Lamentablemente, La Finlandesa Demente, al salir del trabajo, nos dijo que no quería juerguear.


La niña nos dijo que quería compañía hasta las 5:00 de la mañana, pero que en ningún momento había dicho que quería fiesta. Le dolía la espalda, y al día siguiente tendría poco tiempo para dormir, ya que tenía que llegar a casa (recuerden que vive en El Poto Del Mundo) y sacar a pasear a sus perros.

El problema es que El Italiano Bonachón y yo somos buena gente. En mi caso, esto ha demostrado traer los peores resultados posibles. Pero no aprendo pes.

Así que la acompañamos. En la sanguchería más tela de la zona. Luego de una hora, el pobre Italiano Bonachón cayó rendido, y le dejamos ir a casa. Media hora después, casi desfalleciendo del sueño, recordé que el tren a El Poto Del Mundo seguro pasaba por la estación Ostiense, que estaba muy cerca de la sanguchería. Nos dirigimos allá, y efectivamente, ahí estaba el tren. Rodeado, por supuesto, de todos los mendigos de la zona. Así que no podía dejar a La Finlandesa Demente sola. Genial, a esperar hasta las 5:00.

Al partir el tren, evidentemente decidí ir a casa. Por desgracia, al salir de la estación, vi el último autobus nocturno salir. Salir sin mi, por supuesto. Así que me quedé en la calle, esperando a que pasara el primer autobús diurno que me llevara a la cama.

Yo sé que dije que quería ver el amanecer, pero no que quería verlo en el paradero del bus. 'Cha mare...

(Por cierto, ya sé a dónde se fueron las chicas guapas. Vamos a ver si hay más suerte en otra ocasión. )

lunes, 13 de junio de 2011

El Evento

Este último fin de semana me vino a visitar la Cazavampiros. Su visita coincidió con El Evento aquí en Roma, al cual quería/debía asistir y, para que no hayan malentendidos, reproduzco acá el mensaje exacto que le envié al respecto:

Ah, verdad... a ver, cómo te explico... 
Resulta que estoy colaborando con Amnistía Internacional.
Ellos tienen varias campañas.
Una de ellas es una campaña a favor de los derechos de la gentita LGBT
Y el sábado hay una manifestación a favor de sus derechos.
Y yo debería estar ahí.
Y como tú estarás conmigo...
Pues... ¿qué te parece si vamos un ratito a la marcha pro-derechos LGBT?

Ahora supongo que entiendes por qué te he explicado tanto el asunto, porque si de cajón te decía "Oye, acompáñame a una marcha gay," seguro que te llevabas la idea incorrecta.

Y eso. Supongo que ustedes entenderán también.

El Evento tenía como gran atracción a Lady Gaga. Las noticias decían que iba a estar presente dando su apoyo, y que luego de un discurso iba a dar un mini-concierto. Chévere. No es que yo sea fan de Lady Gaga, pero entre todas estas super-mega-cantantes, es la que me parece más interesante. Y vamos, iba a ser gratis, a caballo regalado no se le mira el diente.

Luego de varias idas y vueltas, logré convencer a la Cazavampiros de ir a la parte final de El Evento. Ella no estaba muy contenta, era su primera vez en Roma, tenía solamente 24 horas en la ciudad, y como que no le afanaba ir a una marcha LGBT. Yo creo que es entendible, pero vamos, yo siempre he sido bien bruto para estas cosas.

Anyway, luego de estar seis horas dando vueltas a Roma (caminamos desde San Pietro hasta Piazza Venezia, pasando por el Castel Sant'Angelo, Piazza Navona, el Panteón, la Fontana di Trevi y Trinità dei Monti), y luego de un descanso de 10 minutos en mi casa, nos dirigimos a El Evento.

Como los buses que nos llevaban a la zona estaban cancelados, y como la parada de metro de Circo Massimo (en donde era el show) aparentemente estaba más cerrada que la Universidad de Valencia en Agosto, nos bajamos en la parada del Coliseo. Ahí, nos topamos justamente con la Gran Marcha de El Evento.

A decir verdad, la marcha fue bastante light. Un par de gente semidesnuda por ahí, plumitas por allá, y ya está. Globos por todos lados, eso sí. Anyway, se suponía que nos encontraríamos con Steph y Dave más adelante, así que esquivamos la marcha, y nos dirigimos al Circo Massimo.

Fue entre toda esta gente que llegué a una de mis Reglas Máximas:

Mira dos veces antes de mirar.

Porque pucha, a pesar de ya haber recibido entrenamiento en ello, uno nunca puede dejar de sorprenderse con lo que encuentra.

Y nada, tengo que admitir que El Evento estuvo entretenido. Parece que juntaron una mancha de como un millón de personas. Ahora, lamentablemente, acabó fatal. Y no, no acabó fatal para mi, como podrían esperar ustedes, lectores malignos. Acabó fatal como evento, y les explico por qué.

Estuvimos en el asunto como cuatro horas. Cuatro horas de solidaridad con gente injustamente discriminada, sí, pero cuatro horas esperando algún show entretenido de la Lady Gaga esa. Y bueno, la chica apareció, dio su discurso (que desde mi punto de vista fue demasiado largo y carecía de estructura, a pesar de tener sus buenas frases), cantó dos canciones (en la versión más depre posible) y fugó. No sólo dejó a todos desilusionados, esperando lo que debía haber sido el inicio de un fiestón, sino que dejó al millón de espectadores LGBT con ganas de cortarse las venas. ¡Fatal! Al final más de la mitad de la gente se fue, y el show parece que tuvo un bajón.

Claro, nosotros también fugamos, había dejado a la Cazavampiros cuatro horas sin comer (por hacer algo que ella no quería hacer), y me preocupaba mi estado de salud.

Así que nada. Entiendo que El Evento haya sido más bien un acto político que un concierto de Lady Gaga, pero vamos, por lo menos debería haber sido pensado mejor como para no decepcionar a tanta gente...

En una nota más seria y/o reflexiva, luego de ver El Evento, y escuchar el "no somos distintos, no somos iguales, pero estamos unidos" (o algo así), debo decir que me encantaría que esto algún día se transforme en algo que no sea sólo de la comunidad LGBT, sino de todo ser humano. Que sea una manifestación a favor de la libertad en ese aspecto de nuestras vidas, en contra de ser juzgado por acostarte con tal cual, o por cuándo decides hacerlo, o whatever. Ya sea con el mismo sexo o con distinto, antes o después del matrimonio, a oscuras o con las luces prendidas, que se respete lo que uno quiera hacer. Sería fabuloso que, en el futuro, heteros, homos y demás se puedan juntar y decir al mismo tiempo "¡Qué le importa al resto todo esto!"

Miren, miren, me salió verso sin esfuerzo. Chévere.