domingo, 26 de junio de 2016

Las Cosas Importantes

No debería hablar de alumnos en este blog, pero bueno, a ver, vamos a arriesgarnos.

La otra vez me encontraba en mi oficina, revisando la última clase del curso de Mecánica Cuántica. Estaba ligeramente tarde, y quería asegurarme de tener todos los cálculos claros.

En eso, entró un chico. De la nada. Podría haber sido un ninja, descolgándose del techo. No lo sé, de repente lo vi frente a mi. Y no lo reconocí.

Me dijo que era un alumno de pregrado. Yo asentí, aunque me puse un poco nervioso, ya que se me acababa el tiempo y debía terminar de revisar la clase.

El chico me preguntó si yo era el Profesor Jones (sí, con el "Profesor" en mayúscula). Asentí nuevamente.

Y con eso, el chico me dijo que era un honor. Que leía mi blog y tal.

Madre mía...

No confundir, no me dijo que le habían contado que yo era buen (o mal) profesor.

Tampoco me dijo que había escuchado de mis proyectos con mis alumnos de maestría. En absoluto.

Y no, no me dijo nada sobre los videos promocionales del programa de doctorado, cuya producción coordiné.

Nooooo, me dijo que el honor es porque escribo este blog.

Ya, yo sé que estás leyendo esto, compadre, no te sientas mal. Pero, ¿en serio? ¿Por el blog? ¿¿¿Un honor????

Chesu...

***

Anyway, por lo menos esto me dio la excusa de mencionar los videos promocionales del doctorado. Es más, venga, vamos a hacerles promoción por acá.

Ejem...

¡Caserito, caserita! ¡Si tiene Ud una maestría en física, es peruan@ y tiene menos de 35 años, es posible que pueda acceder a una beca de doctorado, financiada por Cienciactiva - CONCYTEC! ¡Eso es, primera vez en la historia del Perú que existen estas becas, que cubren estudios, mantenimiento y seguro de salud! ¡Inscripciones hasta el 1ro de Julio! ¡No se lo puede perder!

Ya. Listo. Y si les da curiosidad, acá va el videito de Altas Energías:



Pónganle like pe.

sábado, 11 de junio de 2016

Las Calles de Lima (3)

https://flic.kr/p/iTunH
Subí al bus. Esa vez, estaba bastante cargado. Dentro de mi abultada mochila, cargaba papers, y las transparencias que uso para dictar clase. Además, tenía mi viejo folder de partituras. Por cosas de la vida, en la mano también cargaba mi flauta bajo.

El bus no estaba lleno, pero había poco asiento. Decidí mantenerme parado, junto a la puerta del bus. Si me iba al fondo, y el bus se llenaba, sería complicado volver a la puerta.

Fue entonces que cruzamos miradas. En la primera fila de asientos, estaba sentada una señora mayor, de rostro amable. Estaba sentada en los asientos reservados, y al verme con la mochila, se movió al asiento de al lado, dándome espacio para sentarme.

Yo, la verdad, tenía ganas de quedarme parado, y le dije que no gracias, que estaba bien.

Pasaron treinta segundos, y la señora me dijo: "¿No quiere que le lleve la mochila?"

Me pareció muy gentil de su parte. Le dije que no gracias, la verdad es que la mochila estaba algo pesada, y no quería incomodarla.

Pasaron treinta segundos más, y sentí que alguien tiraba de mi flauta.

Tranquilos, malpensados.

Anyway, alguien tiraba de mi flauta. Al voltear, era la señora otra vez. "En serio," me dijo, "le llevo la mochila." Yo le respondí que no se preocupe, y arremetió, "entonces le llevo su otro paquete," refiriéndose a la flauta.

Me empezó a estresar. Le dije que, realmente, no necesitaba que cargara nada. Yo estaba bien. Y me volteé.

"¿Acaso lleva oro?"

Genial.

Miré a la vieja (noten cómo cambia mi forma de referirme a esta mujer). Ella me dijo "Pues si no me quiere dar su mochila, será porque está cargando oro, ¿no?"

No le respondí. "Ahhh, está llevando oro."

Para los que no saben, eso no se debe hacer en el transporte público peruano. Existiendo tanto crimen en nuestra ciudad, es de bastante mal gusto que una persona apunte a otra y afirme públicamente que está llevando consigo cosas robables.

No le hice caso. La vieja empezó a hablar con otras personas en el bus: "Pues parece que piensa que le voy a robar la mochila, ¡no me la quiere dar!"

Me daban ganas de lanzarle la mochila en la cara, gritando: "¿Quieres mi mochila? ¡¿Quieres mi mochila?! ¡¡Ahí tienes mi mochila!!"

Pero por suerte este tipo de violencia sólo la expreso en los rincones más oscuros de mi subconsciente. O sea, en este blog.

Y eso. Por suerte la vieja se calmó, llegó mi paradero, y me bajé. Por supuesto, sin despedirme. No habré sido muy amable, pero por lo menos no le aventé la mochila, ¿no? ¿Nooo?