sábado, 17 de enero de 2015

Empezando en Lima

https://flic.kr/p/ccciZq
Supongo que les extrañará el título de este post, habiendo llegado a Lima hace ya medio año.

Mare meua! ¡Medio año! ¡Recién me doy cuenta!

Espérenme un ratito, después de esto necesito un momento zen.

...

Ya está. Okey, empecemos otra vez.

Supongo que les extrañará el título de este post, habiendo llegado a Lima hace ya medio año. La verdad es que en los primeros meses, al estar viviendo con mis padres y trabajando de 10 am a 1 am casi todos los días, no podía decir que estaba realmente en Lima. En todo este tiempo, no tuve la necesidad de enfrentarme a nada más traumático que el tráfico... que bueno, ya bastante traumático es.

Era hora de mudarme solo, de enfrentar una renta, de convivir con compañeros de piso, de organizar la compra de la comida, de organizar la limpieza, y muchos etcéteras más. Vamos, que era hora de realmente empezar una vida en Lima.

Inicialmente, mi idea era proceder como lo hice en Europa. Buscar una habitación en alquiler, con gente más o menos de mi edad, y ya está. No debería ser muy difícil, ¿no?

El problema es que esto de compartir piso no es tan común en Lima como me gustaría. El primer sitio que vi básicamente me mandaba al techo de la casa a ducharme, la habitación era raquítica, y la cocina no tenía espacio para almacenar mi propia comida. Fue muy decepcionante.

Otros sitios que encontré mas bien eran estudios, es decir, viviendas de una habitación con baño y cocina incorporados. También había habitaciones con familias, pero que no permitían el uso del espacio común de la vivienda. Y la verdad, yo no buscaba ninguna de estas cosas. Yo quería compartir piso.

Terco soy, pe.

De vez en cuando encontré habitaciones bastante interesantes, a muy buen precio. No obstante, como no recibía respuesta de las direcciones de correo asociadas, intuí que eran estafas, tipo las de Roma. Mala onda.

https://flic.kr/p/fdCCxw

La verdad, no sé qué me hizo cambiar de opinión, y en vez de buscar habitación decidí buscar un piso entero. Claro, alquilaría el piso yo, y subarrendaría las habitaciones a gente altamente seleccionada. Bacán. Sí, medio arriesgado, pero por lo menos me aseguraría de la calidad del lugar.

Luego me topé con el tipo de pisos que están disponibles. La mayoría no eran realmente aptos para un subarriendo, las habitaciones secundarias por lo general eran tan pequeñas que sólo entraba una cama, y poco más. Otros, que sí eran más aceptables, por lo general tenían construcciones al lado, garantizando un ruido terrible.

Cha mare.

Fue entonces que me encontré con el piso ideal. Quedaba en la calle Alcanfores, y era perfecto para tres personas en mi misma nota. Este piso lo encontré a través de un corredor, y me dijo que hablaría con la dueña. Al día siguiente me dijo que todo bien, y que en cinco días se podría firmar al contrato, luego de conocer a la dueña.

El día D llegó, y llegué emocionado al trabajo, inusualmente bien vestido (desde mi punto de vista, por supuesto), con el fin de darle una buena impresión a la dueña. Revisé mi correo... y me llegó un mensaje del corredor. Me dijo que la dueña había cambiado de opinión, y que no le quería alquilar el piso a un peruano.

¿Perdón?

A ver... Cómo les cuento que la ironía del asunto no podía ser peor. Acá, que los cobradores de la combi me hablan en inglés... Acá, que los taxistas me cobran el doble que al resto... Acá, que generalmente soy blanco principal de los ladrones comunes... Acá, que generalmente tengo que aclarar "Jones, con jota, sin hache, tipo Indiana Jones" al dar mi apellido...

Acá, me acababan de negar un alquiler, por ser peruano.

Sí, me quedé mudo por un par de días. Y abandoné la búsqueda por un par de meses.

Ahora les escribo desde mi nuevo piso. Desde mi nuevo depa. La verdad, una vez que reanudé la búsqueda, lo encontré en menos de tres días. Mejor ubicado, y sin dueñas locas. Ya llevo un mes acá, y la verdad es que todo bien.

Ahora toca encontrar con quién vivir. Y tengo qué contar. Pero eso lo dejaré para la próxima entrada, con la esperanza que termine con un final feliz. ¡Hasta entonces!