Anyway, llevo ya cuatro días en Cracovia, estoy participando en una conferencia en física de altas energías de la European Physical Society. La conferencia está muy interesante, y la ciudad está preciosa. Ahora, lo conveniente de esta conferencia es que tiene un fin de semana de por medio, con el domingo libre para ir de excursión. Esto también significa que la noche del sábado es una noche libre, es decir, una noche donde no hay necesidad de levantarse muy temprano al día siguiente.
O sea, que la conferencia incluye una noche perfecta pa' el gileo polaco. Eso quieres decir, ¿no?
La verdad es que ese sábado tenía muchas ganas de salir de fiesta. Di mi charla el jueves, y la verdad es que no había celebrado apropiadamente. Además, ese día había ido a Auschwitz, y necesitaba descargarme un poco de las cosas que había visto ese día.
Sí, sí, échale la culpa a Auschwitz.
El plan era básico. Nos íbamos a juntar todos en el centro, cenar, y luego ver qué encontrábamos. Éramos 10, había cuatro italianos, cuatro españoles, un iraní y yo. Cenamos en un restaurante mexicano, donde lo único mexicano que había eran las enchiladas (tengo entendido que las fajitas son realmente Tex-Mex, ¿no?). Luego de esto, la idea era ir a un bar donde tocaban jazz. Chévere.
Y luego... ¡parrandear!
Encontramos el bar cerrado, así que decidimos cambiar de sitio. Encontramos una discoteca donde el ingreso era gratuito, y al subir notamos que estaba bastante bien. En particular, había muchas chicas solas, que era un requisito indispensable. Éramos diez, pero todos físicos, lo que implicaba una reducción notable en el número de mujeres que nos acompañaban. De los diez, sólo había dos chicas.
Como siempre, por ese lado muy mala elección de carrera, eh.
Empezamos a ubicarnos en la discoteca, intercambiando un par de miradas interesantes, cuando en eso llegó Neus a avisarnos que no habían dejado entrar a dos de los italianos. Uno porque tenía shorts, y el otro por no se qué otra estupidez. Había que dejar el local.
¡Rayos! Mala suerte. Pero no hay que desanimarse, ¡la noche es joven!
El segundo local fue locazo. Era una pizzería abandonada por fuera, pero al entrar encontramos unas escaleras que nos llevaron al sótano, donde había... un harem.
Órale.
En serio, era un sitio indio, donde todas las meseras estaban disfrazadas de bailarinas del vientre. Genial. Tenía una pista de baile pequeña, y nuevamente había chicas bailando solas. No obstante, no duró mucho el asunto. A la gente le gustó el sitio, pero para entonces ya varios estaban cansados, y ya no querían bailar. Pasó un rato y la gente fugó.
¡Traidores!
Salí con ellos, total, tenía ganas de bailar, pero tampoco me emocionaba mucho la idea de quedarme solo allí. Pensé que la noche se había acabado, cuando en eso el Tito, Ricardo, Giulio y Salva me dijeron que se desacoplaban del resto y que iban a subir a la primera discoteca donde habíamos estado. Espectacular. Me fui con ellos.
¡A bailar!
Lamentablemente el sitio ya no estaba tan bien como antes. La gente había fugado, y no había chicas solas. Nos quedamos ahí diez minutos, y escapamos.
Esto está empezando a volverse tedioso, eh....
Luego de no poder entrar a una tercera discoteca (aparentemente era polacos-only), entramos por una puertita pequeña donde encontramos una escalera. Descendimos varios metros... y lo vimos. Un antro.
Órale.
Bueno, bueno, tanto así como un antro no era. Pero la gente tenía muy claro qué era lo que se iba a hacer allí. Ligar en one, con la primera que te diera bola. Esto no me convenció mucho, la verdad es que la forma en que esto ocurría era medio rara y desistí intentar bailar (no puedo bailar con alguien si no me mira a los ojos). Haría algo más old-fashioned, digamos, e iba a intentar conocer a alguien en la barra.
Siempre siguiendo el camino difícil... 'cha mare, esta noche va a ser aburrida...
Me pedí una Sprite, la verdad es que ya había tomado suficiente alcohol para esa noche. Me quedé mirando por ahí, y no vi nada. Así que me quedé apoyado sobre la barra, mirando el infinito.
Realmente eres old-fashioned, ¿no?
En eso, aparecieron dos chicas, y se veían estresadas. Las perseguía un chico grande, e inmediatamente me di cuenta la razón por la cual estaban estresadas. El chico no las dejaba en paz. Observé el espectáculo por unos minutos, y me reí bastante. Las chicas se dieron cuenta que las estaba observando, y empezaron a reírse también. Excelente, se había producido una conexión.
No me lo puedo creer, esto es contra todo pronóstico...
Cuando el pata las dejó respirar, me acerqué y empecé a conversarles. Claro, primero preguntándoles si sabían inglés. Les comenté lo gracioso de la situación con el chico este, y ellas respondieron que sí, que era un amigo de ellas, pero que estaba loco. La conversación luego siguió un camino similar a este:
- ¡Realmente se les ve estresadas!
- Si, lo estamos.
- Pues hay dos soluciones fáciles. Una es ir a la derecha (apunté a la pista de baile), y la otra es ir a la izquierda (apunté al bar).
¿Y a ti cuándo se te ocurren estas cosas?
Ellas se rieron. Dijeron que acababan de bailar, y que estaban un poco cansadas. Yo respondí entonces que la solución era muy fácil, y volví a apuntar a la izquierda. Ellas se rieron otra vez, y accedieron.
¡Maestro! ¡Eres un maestrooooooo!
Les pregunté qué querían. Luego de enterarme que en Polonia no existen los mojitos, ellas dijeron "¡Vodka!."
Por supuesto.
Mira en la que te has metido, a ver, a ver, ¿qué haces?
A mi no me gusta mucho el vodka, pero anyway, no había marcha atrás. Tres vodkas, por favor. Me dieron tres shots que parecían seis, y un vaso de jugo de naranja. Adelante. La chica alta empezó: púm. La chica baja le siguió: púm. Mi turno... púm.
Y milagrosamente lo que no hizo púm luego fue tu cabeza chocando contra el piso.
La conversación mejoró. En eso vi que la chica baja estaba bailando en su sitio, y al escuchar la música noté que era una versión tecno de Químbara. Bueno, si, medio chocante, pero era lo más cercano a mi terreno, si el 95% de las chicas por o general se burlan de mi luego de bailar, podría darse que estas dos se unan a ese pequeño 5% con esta canción. Dijeron que sí.
¡No way! ¡Grande, grandeeeeeee!
Entramos a la pista de baile. La chica baja primero, luego yo, y la alta detrás. La cosa se veía bien. Pero en eso, un pobre estúpido levantó los brazos y le dio un manotazo en la cara a la chica baja, probablemente clavándole el lente de contacto en medio de la retina. Dejamos de bailar.
¡'Cha mareeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!
Las chicas escaparon al baño. Maldición. Tenía dos opciones: o me olvidaba de ellas y me buscaba alguien más con quién bailar, o me quedaba en la puerta del baño a ver cómo estaba la chica baja. Opté por la segunda opción.
¿Oe qué? ¿Qué estás haciendo, imbécil?
Luego de como diez minutos esperando, salieron las chicas. La situación no estaba muy bien, pero la chica baja viviría. No obstante, ya no querían saber nada sobre bailar, y me propusieron ir a conversar.
¿Ves? ¿Ves?
Pos na'. Me quedé el resto de la noche subiéndole el ánimo a la chica baja, haciendo chistes de piratas y demás. Sí, yo siempre con el comentario justo. Pero terminó aburrido el asunto. No por culpa de ellas, ni mía, sino que la situación ya se había vuelto medio forzada. El momento de bailar había sido perfecto, y fue arruinado por el estúpido boxeador. Y la verdad era que me sentía medio mal dejándolas solas (y tuertas, bueno, por lo menos una) y buscando a alguien más con quien bailar.
Y no sólo eso, sino que luego cuentas tu fracaso. Grande, eh.
Salí de la discoteca con las chicas a las 5:15 am. Ellas se iban a la izquierda, y yo a la derecha. Dijeron que fue un placer conocerme, y yo les deseé que tengan un buen viaje a Bulgaria (habíamos tenido que forzar mucho la conversación, como entenderán). Llegué a casa casi a las 6 am, derrotado, porque ni siquiera había logrado convencerlas que me hicieran un city-tour en algún momento de lo que quedaba de la semana. 'Cha mare.
'Cha mare.
Anyway, no sé qué les habrá pasado al resto, al salir ya no los vi. Pero tendré que inventarme una historia ahora que los veo en la tarde, porque esto, la verdad, queda muy triste.
Aunque aquí todos sabemos que al final les contarás la verdad... ¡idiota!