Debido al matriqui de mi estimado amigo JD, decidí visitar Lima una vez más. Encontré un vuelo ultra barato (¡mitad de precio!), así que terminé en Lima por una semana. ¿El único problema? Que el itinerario era complicado.
El vuelo barato lo conseguí desde Londres, sería un Londres-Madrid-Lima (y no, si buscaba simplemente Madrid-Lima, el vuelo me salía 200 euros más caro). Salí desde Ginebra el día anterior, y me quedé con Julian una noche allá.
Bueno, decir que me quedé una noche es mucho, ya que mi vuelo salía de Heathrow a las 6:15 am. Ahora, la única forma de llegar al aeropuerto a las 4:00 am sin usar un taxi es tomando el bus nocturno, y al no estar 100% seguros de su eficiencia, decidimos que sería mejor si lo tomaba a las 2:00 am.
Llegué a la estación de bus de Heathrow a las 3:15 am, y luego de caminar un poco, llegué a la Terminal 3, desde donde salía mi vuelo. Grande fue mi sorpresa al descubrir que mi vuelo a Madrid no estaba en la lista de vuelos.
En ese momento, me entró una duda terrible. El vuelo lo había comprado a través de una agencia de viajes en internet que no había escuchado antes: TravelUp. Lo primero que me pasó por la cabeza fue "Cha mare, me estafaron." No obstante, luego de un "¡que no panda el cúnico!", decidí buscar alguna oficina de información donde me pudieran orientar. Labor difícil, claro, siendo las 3:30 am.
Luego de no encontrar a ni un alma despierta en el aeropuerto, decidí explorar las otras terminales, a ver si había ocurrido algún error en mi ticket electrónico. Corrí de vuelta a la estación de autobús, desde donde podía llegar a la Terminal 1. En el camino, encontré una lista que me indicaba qué aerolíneas salían de qué terminal, y descubrí que Iberia salía desde la Terminal 5. Genial.
Subí a la estación de bus para ir a la Terminal 5 (quedaba a 10 minutos), cuando en eso encontré una oficina de información abierta. No había nadie en ese momento, pero decidí esperar. Si me iba a la Terminal 5, y luego descubría que mi vuelo salía de otro lado, lo perdería, seguro seguro. Mi inseguridad aumentó cuando leí en la misma oficina que los vuelos de Iberia salían de la Terminal 3. Cosa que, evidentemente, no era cierta.
Con la desesperación en aumento, decidí buscar algún acceso a internet, y afortunadamente lo encontré. Busqué en la página web del aeropuerto, ¡y sí! ¡El vuelo salía de la Terminal 5! ¡A tomar el bus!
Del vuelo a Madrid no recuerdo mucho, lo dormí al 100%. El vuelo a Lima tampoco tuvo ninguna eventualidad, me senté al costado de un pescador gallego, que iba a Lima pa' tomar un barco y pescar pez espada en alta mar por cuatro meses. Era muy amable, pero no hablaba mucho. Me imagino que si uno se pasa cuatro meses en un barco sin ver más que a la misma gente, las habilidades sociales tienden a disminuir.
La estancia en Lima fue genial, pero muy corta. Pasó de todo, el matri genial, ocurrieron los típicos encuentros con los amigos de siempre, y atípicos encuentros con amigos inesperados. Muy, pero muy bien. Lamentablemente todo muy corto, y una semana después tomé mi vuelo de vuelta a Ginebra.
El vuelo a Madrid fue curioso. Me senté al lado de la típica abuelita peruana, que luego descubrí que estaba yendo a Ginebra a visitar a su nieta. Yo le dije que era una casualidad, que yo también vivía en Ginebra. Ella procedió a contarme que tenía otro nieto, que vivía en Valencia.
La coincidencia fue increíble. Su nieto vivía en Burjassot, y estaba por mudarse al barrio de Ruzafa. La señora había estado ahí en plenas Fallas, y seguro que habíamos coincidido en alguna Mascletà. La nieta, por su lado, trabajaba en la OIT, en Ginebra, aunque vivía en Francia.
Yo, con un poco de miedo, le pregunté si tenía algún nieto viviendo en Roma. ¡Si me respondía afirmativamente, me lanzaba del avión! Pero no, tenía una nieta más que vivía en Oviedo, y ya está. Claro, el miedo regresó cuando descubrí que la primera nieta había estudiado en Cambridge. ¡Demasiadas coincidencias, esta señora y sus nietos seguro me estaban stalkeando!
Al final, el viaje se redujo a la señora contándome la vida de sus nietos. Sí, en efecto, tuve a la señora hablándome de ellos por diez horas, literalmente. Muy linda la señora, pero hubo un momento en que casi me muero.
Los viajes posteriores no los recuerdo, los dormí todos. Tanto fue el cansancio del viaje inicial, la estancia en Lima, y el viaje final, ¡que al llegar a Ginebra terminé durmiendo por unas 14 horas! ¡Nunca antes me había ocurrido algo así!
Anyway, los dejo por ahora, mis estimados. Les cuento que me encuentro en Nagoya, estaré acá por unas dos semanas y media, por motivos de chamba. Seguro tendré alguna anécdota del viaje a mi regreso, ¡será hasta entonces!
2 comentarios:
Jajaja, genial lo de la señora...
¡A ver si me la encuentro al volver a Ginebra! ¡Dijo que se quedaba tres meses!
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