Els valencians (y les valencianes) juran que Valencia es la capital pirotécnica del mundo. No sé si realmente lo sea, pero vamos, en Marzo, cuando se celebran las Fallas, se esfuerzan mucho en demostrarlo (y lo hacen muy bien).
Una de las actividades principales de las Fallas es la de construir unas estatuas gigantes, llamadas fallas. Sí, las estatuas se llaman igual que la fiesta. No sólo eso, las organizaciones locales que construyen las fallas también se llaman fallas. Sí, las fallas arman fallas durante Fallas, eso. Y pasa lo mismo con la paella, se come paella preparada en una paella durante la paella.
Valencia es un sitio un poco confuso, lo sé.
Anyway, regresemos a las fallas. Las estatuas, digo. Al final de las Fallas, las fallas queman las fallas.
Chesu. Me acabo de dar cuenta de lo confuso que es este asunto. A ver...
Al final de las Fallas (festival), las fallas (organizaciones) queman las fallas (estatuas). Eso.
Sí, es raro, se pasan todo el año construyéndolas, y al final las queman. Es casi tan raro como si al final de las Fallas (festival), las fallas (estatuas) quemaran las fallas (organizaciones). Pero bueno, acá uno no ha venido a discutir sobre tradiciones raras (ni sobre la falta de vocabulario en Valencia), sino para enterarse cómo nuevamente he evitado la muerte dentro de mi aventura europea.
A la quema de fallas (estatuas) se le llama cremà. Y es casi casi un pecado asistir a las Fallas (festival) sin ver la cremà. Evidentemente, no me lo podía perder.
El día de la cremà, decidimos asistir a la quema de la Falla Infantil de na Jordana. Sí, dije Falla Infantil, cada falla (organización) construye dos fallas (estatuas), una para niños y otra para adultos. Anyway, decidimos ver la cremà de la Falla Infantil de na Jordana. Era una falla (estatua) muy bonita, con un mensaje sobre el cambio climático. Una Falla Ecológica, vamos.
Así que, por supuesto, no nos podíamos perder la ironía de ver los kilos y kilos de plástico de esta Falla Ecológica ser quemados, y ver cómo los mensajitos de "cuida el agua" y "controla tus emisiones de dióxido de carbono" se convertían en humo negro tóxico.
Llegamos a estar en primera fila. Bueno, okey, la Hosekova y yo llegamos a primera fila, los demás se quedaron ligeramente atrás. Estábamos encantados, súper cerca a la falla (estatua), estábamos seguros que tendríamos el fuego en nuestras narices.
Les cuento entonces cómo las fallas (organizaciones) prenden las fallas (estatuas). Como gasolina y un encendedor es algo un poco old-fashioned, la cremà se lleva a cabo con fuegos artificiales y petardos amarrados alrededor de la misma falla (estatua). Es impresionante, en serio.
Pos na, la Hosekova y yo esperábamos a que llegara la hora de la cremà, cuando empezaron a colocar los petardos. La Hosekova y yo debemos haberlo dicho al mismo tiempo: "¿No te parece que la traca está muy cerca?"
Es cierto, si nos estirábamos, habría sido sencillo tocar algún petardo. Pero vamos, acá, en la capital pirotécnica del mundo, la gente sabe lo que hace. Seguro que la distancia cumple con algún mínimo de seguridad. Esto lo llevan haciendo hace años, ¿no?
Empezaron entonces a salir los falleros, es decir, los miembros de la falla (organización) de na Jordana. Se pusieron todos alrededor, se tomaron fotos, lloraron un poquito, ya que estaban a punto de quemar su labor del año. En eso, se alejaron un poco de la falla (estatua), y miraron la llegada de un hombre.
Esta persona aparentemente era el Senyor Pirotècnic de na Jordana, el encargado de empezar la cremà. Tenía un aire de badass alrededor suyo, una especie de Clint Eastwood español. Uno no querría encontrarlo de mal humor, claro que no.
Pues este Senyor Pirotècnic llegó, y todo el mundo entró en silencio. Tranquilos, que si se molesta nos rompe la falla (estatua) antes de poder quemarla. El Senyor Pirotècnic se acercó, y miró a los falleros. Era hora. Cogió la traca, y cortó la mecha con los dientes. En serio. Sacó un mechero del bolsillo, lo encendió, y se lo dio a los representantes infantiles de la falla (organización). Ellos temblaban, no sé si por la emoción de empezar la cremà, o por el terror que le tenían al Senyor Pirotècnic.
El mechero iluminó todo de rojo. Apropiado, el color de la sangre, dai. La fallera mayor infantil (esta no se las explico, porque nos desviamos del tema) acercó el mechero a la traca, y prendió la mecha. Con esto, todos los falleros empezaron a alejarse.
Fue entonces que me di cuenta que la Hosekova y yo estábamos más cerca de la traca, y de la falla (estatua), que los falleros. La miré, y sentí una gota de sudor y un escalofrío recorrer mi espalda. Si estos adoradores del fuego estaban así de lejos, era por algo. La mecha se acortaba, las explosiones se hacían próximas, y nuestra seguridad aparentemente se desvanecía.
¡No podía ser! ¡Seguro que los falleros habían tomado nuestra seguridad en cuenta! Miré al Senyor Pirotècnic, buscando que con su mirada me transmitiera seguridad, un "déjate de llanto, y disfruta las explosiones." Pero no, cuando mis ojos se cruzaron con los suyos, vi sorpresa. Levantó su brazo, y con furia en los ojos, nos gritó algo que no puede haber sido demasiado distinto de: "¿Pero qué hacen ahí? ¡Corran , co*o!!!"
Fue en ese momento que la traca reventó, y todo a nuestro alrededor se convirtió en luz, fuego y destrucción.
No sé cómo sobrevivimos. O tal vez no lo hicimos, y nos encontramos en una especie de purgatorio, o algo. Pero bueno, cuando se disipó el humo, aún estábamos ahí. No sólo eso, la falla (estatua) también seguía ahí. Efectivamente, luego de tanta alharaca, la falla (estatua) no prendió, roche total. El Senyor Pirotècnic debe haber cortado un par de cabezas esa noche.
Y nada, unos días después que las Fallas (festival) han acabado, y que todas las fallas (organizaciones) quemaran las fallas (estatuas), sigo preguntándome si estoy vivo o no. Dicen por ahí que Roberto filmó todo, así que si encuentran el video en internet, y escuchan a alguien gritando como nena, imaginen que no fui yo.
¡Hasta la próxima, gente!
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