Este post va dedicado con mucho cariño a los fans de The Big Bang Theory.
Aquellos que hayan leído mis instrucciones para llegar al laboratorio de Frascati podrán intuir que estoy familiarizado con los juegos de rol. En efecto, empecé literalmente el siglo pasado, y a pesar de que lo he dejado muchas veces, siempre termino regresando. Encuentro fascinante cómo este tipo de juegos permite imaginar la historia de un personaje, tomar sus decisiones, y verlo crecer y desarrollarse.
Ahora que estoy de vuelta en Lima, me he juntado con mi viejo grupo de amigos, y estamos por empezar una nueva campaña. He diseñado un personaje nuevo, y esto me ha hecho pensar en todos los personajes que he creado a lo largo de la historia. Me he dado cuenta que analizar estos personajes podría ser el sueño de todo psicólogo, así que vamos a recordarlos por un momento....
Mi primer personaje fue creado en 1999, si no mal recuerdo. Era un paladín, una especie de caballero santo, de nombre Usul Vernius. El nombre de mi personaje venía del nombre secreto de Paul Muad'Dib, el protagonista de los libros de Dune. El apellido venía de otro personaje de la precuela a los mismo libros, que en esa época estaba leyendo (y que no recomiendo por nada del mundo).
Usul era descendiente de los gobernantes del reino de Caladan, que había desaparecido misteriosamente. Viajaba para encontrar dicho reino, y por supuesto, gobernarlo.
Este personaje... pucha, la verdad es que el pobre Usul era un lornaza. Y me refiero al personaje, no a mi, ¿ok? Descubrí en poco tiempo que en ese mundo resultaba un poco frustrante ser el buenote que sigue las reglas, especialmente cuando el resto está aprovechando el juego para hacer lo que en el mundo real no se puede hacer.
Eso sí, Usul tuvo sus momentos épicos. Recuerdo una batalla, en la que un tipo malvado se resbaló y cayó en una especie de fosa sin fondo (en estos mundos de fantasía existen las fosas sin fondo, sin que haya lava hirviendo saliendo de ellas). Usul no lo pensó dos veces, y arriesgando su propio pellejo, se lanzó y logró coger al villano del brazo mientras caía. El malvado, viendo la bondad de Usul, consideró cambiar sus malos hábitos.
Ni Superman, pues.
El siguiente personaje apareció cuando estaba por terminar la carrera. Se llamaba Kurei, así, sin apellidos. El nombre era una mezcla de Kurama y Hiei, unos personajes de una serie de animación japonesa que estaba viendo en ese momento. El tipo era una especie de samurai capaz de usar magia, que me había inventado después de ver alguna otra serie de animación japonesa (en esas épocas mis gustos eran medio monotemáticos).
Kurei era más interesante que Usul. De personalidad huraña, despertó un día en una cápsula, sin recordar nada más que dos cosas: una imagen en donde guiaba un ejército en contra de algún enemigo, y luego otra imagen en la que él se enfrentaba a su mismo ejército. Su búsqueda se resumía en entender qué significaban estos recuerdos, y averiguar su pasado.
Lamentablemente, el pobre Kurei generalmente terminaba como saco de boxeo, lo cual lo dejaba aún más huraño.
Luego empecé el doctorado, y no volví a jugar por mucho tiempo. Empecé nuevamente en Roma, donde construí a Johann Marlowe. El nombre se basó en J. W. Goethe y Christopher Marlowe, quienes escribieron sobre Fausto, aquel académico que hizo un pacto con el diablo. Este personaje era un sorcerer.
Johann Marlowe era malvado. Terriblemente malvado. Pero tenía su juego de reglas que seguir, de modo que pudiera vivir en la sociedad. Esto lo debo haber sacado inconscientemente de la serie Dexter... pero bueno, Johann era realmente un demonio, quien fue castigado por su Dios Maligno y convertido en un puny human. Este personaje me encantó, su misión era volver a ser un demonio, y por supuesto, no podía ir por el mundo contándole a todos lo que quería hacer.
Esto estuvo muy bien, hasta que su amigo paladín se dio cuenta de sus intenciones y, bueno, ninguno salió muy bien del asunto.
Ahora, si ven estos personajes, supongo que cualquier psicólogo podría sacar algún perfil de la evolución de mi personalidad, y tal y cual. Empecé con Usul, un tipo bastante inocente y bienintencionado. Luego, con Kurei, empezó la búsqueda del pasado, el intento de descifrar quién es uno mismo. Luego, terminé con Johann, y ahí ustedes pueden sacar sus conclusiones.
Pues nada, ¿a qué viene todo este rollo? Pues que mañana me voy a juntar nuevamente con mis amigos, y diseñé un nuevo personaje. Y una vez que terminé de diseñarlo, me di cuenta de todo esto sobre la evolución de la personalidad.
¿Y por qué me preocupo?
Pues he creado a un tipo llamado Geppetto Berlusconi. El nombre por el carpintero, ya que mi personaje es un inventor. El apellido, evidentemente por el político italiano, ya que mi personaje es un gnomo púrpura.
¿Qué onda con Geppetto? Pues nada, es un gnomo que está llegando a la vejez, y antes de cumplir los 150 años quiere viajar por el mundo, tener aventuras, y encontrar a su nieta perdida.
¿Mi subconsciente me dice algo? Nuevamente, ustedes pueden sacar sus propias conclusiones.
1 comentario:
Suerte con la búsqueda de tu nieta perdida...
F
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