De vez en cuando uno se encuentra con encrucijadas en la vida. Momentos en los cuales la toma de decisiones es fundamental, y donde no se puede seguir adelante sin escoger una u otra opción.
Hace casi un mes, al salir a tender la ropa, encontré una colcha colgada en la linea de ropa del piso de arriba. Estaba atascada en la parte metálica de la linea, moviéndose como una bandera. Aparentemente el viento había hecho que la colcha se desprendiera de un piso superior, y esta había caído encima de la linea de ropa mencionada. Era evidente que si se le dejaba allí mucho tiempo, eventualmente el viento se la llevaría. Decidí hacer algo al respecto, y sin una mayor idea abrí las rejas y traté de agarrar la colcha. Fue justo a tiempo, en ese mismo instante el viento sopló con fuerza y la colcha salió volando hacia mis manos.
Sintiéndome como un héroe, me encontré con una nueva encrucijada. ¿Qué me hacía ahora con la colcha? ¡No sabía de quién era! Luego de mucha meditación, decidí ponerla en una bolsa y dejarla en la entrada del edificio, para que el vecino indicado la recogiese. Luego de unos días la colcha desapareció, y espero que el vecino la haya recogido.
Hoy me encuentro con una nueva encrucijada.
Ha caído sobre mi linea de ropa un calzón.
Y ahora si no se que hacer.
3 comentarios:
Hey! Q genial, venía esperando esto desde hace tiempo... a pesar de q he leído todas y cada una de tus crónicas, verlas en un blog les da un feelin' distinto jejeje
Ya tas linkeado, btw.
Jajaja, ¿y finalmente que hiciste con el susodicho calzón? (Igual que Luciano, ya te linkee.)
Eventualmente el viento me ganó, ¡y el calzón terminó en el patio del vecino de al lado!
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