jueves, 27 de noviembre de 2008

Tránsitos

Finalmente termina la historia. Vuelvo a poner la musiquita, por si no las escucharon todas la última vez, y quieran probar nuevas.
Los que reciben esto por correo podrían tener que hacer click en el "Pop-Out Player" para escuchar las canciones.





Ahí vamos.


Acto 2, Escena 3

Nuevamente se prende la luz tenue. Entran los tres. Guilherme y Anderson discuten, Joel está silencioso. En eso, luego de un comentario de Anderson, Joel protesta.

Anderson: No, tú no digas nada, contigo no estoy hablando.

El público se enfurece, y trata de no gritar. El esfuerzo por calmarse es muy grande.

Joel: ¡¿Cómo que no estás hablando conmigo?! ¡Claro que estás hablando conmigo! ¿Quién te crees? ¿Me robas la laptop y me voy a quedar así nomás?
Anderson: Ahora me estoy amistando con Guilherme. Hablo contigo después.
Joel: ¿Qué cosa? ¡Te estás amistando con Guilherme! Pues eso no va a pasar. Tú aquí has hecho dos cosas mal, primero, me robaste mi laptop, y segundo, traicionaste la confianza de Guilherme, quién te recibió en nuestra casa. ¡Y ahora me vienes con que no estás hablando conmigo, y que te estás amistando con Guilherme!
Anderson: Vale, vale...

Siguen caminando en silencio, las luces se apagan.

Nuevamente, la luz tenue. Entran los tres, suena el celular de Joel.

Joel (contestando): Takashi! (...) No, I won't go, sorry. (...) Yeah, this turned out harder than we thought. (...) We're with the guy, I really doubt I'll make it. (...) We're going to the police now, even though I don't think they'll be able to do anything. (...) Yeah, we got not proof, but at least they'll get his info, you know, the name, address, phone number... (...) Tell Catalina I'm sorry, and hope you all have fun. (...) Thanks. See you on Monday! Bye!

El público siente mucha pena. Se apagan las luces.

Nuevamente se prenden las luces. Los tres entran por la derecha. Joel en eso mira hacia atrás, se le abren los ojos, camina más lento, hasta que se detiene. Los otros dos salen del escenario por la izquierda, mientras Joel sigue mirando un punto. Joel se da la vuelta, llama a Guilherme, y se escuchan protestas de Anderson.
Aparecen los dos por el lugar donde salieron. Guilherme tiene a Anderson agarrado por detrás, lo fuerza a ir hacia donde Joel apunta. Anderson protesta, Guilherme lo arrastra fuera de escena, por la derecha. Se escuchan golpes, gritos de Anderson, mientras Joel mira. Luego de un rato los gritos se detienen, pero se siguen escuchando golpes. Finalmente se mantiene el silencio.
Después de unos segundos, Guilherme y Anderson aparecen por la izquierda. El último no tiene ni un rasguño.

Guilherme: ¿Vamos?
Joel (sacudiendo la cabeza): ... Sí, sí... vamos...

Salen de escena, por la izquierda. Anderson sigue hablando, el público ya ni lo escucha. Se apagan las luces.

Se prenden las luces. Están los tres en la mitad del escenario. Guilherme está hablando por celular.

Guilherme: Si, amore, estamos en la parada de Reus, si sigues todo Sagunto y doblas a la izquierda nos encuentras.
Joel: ¿Le puedes pedir que traiga mi pasaporte también? Está en el bolsillo frontal de mi mochila. Que traiga el británico, que es con el cual he hecho le denuncia.

Guilherme sigue hablando.

Anderson (a Joel): ¿Por qué me miras tanto? Hace tiempo que me estás mirando.
Joel: ¡Será porque me gustas! ¡Animal!

El público se arrepiente de haber perdido el control.

Joel: Disculpa por esto último.
Anderson: Si, mira, me llamas animal, claro, yo también puedo llamar animal, porque al final...

El público deja de esucharlo.

Anderson: ¿Y el checo dónde está? ¿Por qué no está aquí? ¡A la policía no le digo nada si no viene el checo!

Joel lo mira. El público está harto. Joel saca su celular, marca un número.

Joel: ¿Tomas? (...) ¿Estás en una fiesta? (...) Mira, disculpa, estamos con el que se robó mi laptop, vamos a ir a la policía. (...) Quería saber si podías venir tu también. (...) Si, disculpa, pero está insoportable, y dice que no va a hablar con la policía si no estamos todos. (...) Muchas gracias Tomas, te pasaste, estamos en el paradero de Reus. (...) Muchas gracias.

Mientras tanto, Anderson ha sacado un papel de su bolsillo, lo mira seguido. Llega la Mari, silenciosa.

Guilherme: Gracias, amore.
Mari (a Anderson): Anderson, ¿por qué haces esto? ¿Por qué no devuelves el ordenador y nos vamos todos a nuestra casa?
Joel: No te esfuerces, Mari. No es lo que pensábamos. Esta no parece ser su primera vez, tiene una labia impresionante, y una increíble capacidad de llevar la conversación fuera del tema.

Anderson empieza a hablar, pero el público no quiere escuchar. Hay un momento incómodo, silencioso. En eso, Anderson muestra su papelito.

Anderson: ¿Ven esto? Es el número de mi abogada. Si no está, yo no hablo con la policía.
Guilherme: Bueno, llámala. Llámala, y que venga.
Anderson: Todavía no.
Joel (a Guilherme y la Mari): Me parece increíble que cargue con el teléfono de su abogada.
Anderson: Hay que estar preparado para todo.
Joel: Es cierto.

Se apagan las luces. Silencio. Pasan varios segundos.


Se prende una luz muy brillante. Se muestra una comisaría, diferente a la inicial. En el centro, un policía grande, gordo, calvo (PGGC), frente a una mesa. Hay bancos a la izquierda y derecha.

Entran Anderson, Joel, la Mari, ChicoCheco y Guilherme. Joel se da la vuelta, les pide que lo dejen hablar a él. Anderson se acerca al PGGC, le da la mano, lo saluda cortesmente.

Joel (al PGGC): Buenas noches.
PGGC: ¿Qué pasa?
Joel: Verá... el día de ayer, he puesto una denuncia. Una denuncia de un robo de un portátil. Hoy día me llamó la policía, pidiéndome los datos de algunas personas. Yo he venido, y además de dar los datos, también he indicado que tenemos cierto sospechoso.
PGGC: ¿Y el sospechoso es... ?
Joel: Este señor de acá.
PGGC: Bueno, pero ustedes no debieron haberlo traído acá. Yo no puedo hacer nada, eso está en manos del departamento de investigación, y ellos cierran a las ocho.

El público pierde esperanza.

Joel: Si... Entiendo... Entonces, por lo menos quisiéramos que le tomen los datos, que eran los últimos que faltaban.
PGGC (a Anderson): ¿Y tienen pruebas?
Anderson: No tienen nada.
Joel: Al hacer la denuncia e indicar que lo tenemos por sospechoso, también enfatizé que no tenía ninguna prueba. Llegamos a esta conclusión luego de cuadrar historias.
PGGC: Pues sin pruebas no pueden hacer nada, y el departamento de investigación está cerrado, yo no puedo hacer nada.

El público se impacienta. Guilherme y la Mari protestan, entra un segundo policía y se les queda mirando.

Joel: Entiendo todo esto, pero...
PGGC (alzando un poco la voz): Porque yo no puedo estar por ahí acusando a la gente, uno tiene que tener pruebas.
Joel: Disculpe, lo único que queremos es que le tome los datos, para que el departamento de investigación los tenga.
PGGC (sacando un papel y un lapicero): Bueno, bueno... a ver... ¿Su nombre?
Joel: Joel Jones.
PGGC: ¿Tiene el número de referencia de su denuncia?

El público se siente estúpido.

Joel: No... lo siento, la he olvidado.
PGGC: Ah.... Bueno, ¿su NIE?
Joel: Es #######.
PGGC (a Anderson): Ahora usted. ¿Su nombre?

El PGGC empieza a tomarle los datos. Al público le parece algo extraño que los apunte en un papel, con lapicero, cuando todas las denuncias anteriores fueron hechas frente a una computadora. En eso llega el momento en que el PGGC pregunta por la residencia de Anderson.

Anderson: Me he olvidado... Estoy en un hotel, por la Plaza del Ayuntamiento...
Guilherme: Era el hostal El Pilar, hostal El Pilar...
Mari: Pero eso no le va a servir. Se muda cada día a un sitio diferente.
PGGC: Pues que lo haga. ¡Que lo haga! ¡Porque acá en España se respeta el derecho de vivir donde uno quiera! ¡Si él quiere mudarse, puede hacerlo!

Anderson sonríe.

Joel: Sí, pero...
PGGC: Porque yo no lo puedo detener aquí, ¿sabes? Si yo lo detengo a él, ¡luego me detienen a mí!
Joel: No le hemos pedido que lo detengan, tan sólo...
PGGC: Bueno, ¿no recuerdas el hotel?
Anderson: No.
PGGC: Bueno, ya está.

El PGGC muestra el papel con los apuntes.

PGGC: Esto lo voy a dejar acá, para que mañana en la mañana lo ingresen. Y tú, ¡anda a donde quieras!
Anderson (levantándose): ¡Gracias! ¡Ha sido un gusto! ¡Adiós!
Joel: Si, ándate. ¡Ándate!
Anderson: No, si quiero no me voy. Porque aquí en España puedo ir a donde quiera, ¿no es cierto?
PGGC: Así es.
Anderson (a Joel, ofreciéndole la mano): Bueno, hasta pronto, ya nos vemos.
Joel (le da la mano, y sonríe): No, espero no volverte a ver nunca más en mi vida.

Anderson se despide de la Mari, le da un beso en la mejilla. Se acerca a Guilherme, le ofrece la mano, pero Guilherme no se la da. Mira a ChicoCheco, le da una palmada en el hombro, y se va.

PGGC: Ustedes están viendo demasiado esa serie, CSI... Venga, se necesita tomar algo. ¿La máquina esa de refrescos no venderá un whisky?

Los otros se miran, y abandonan el escenario lentamente. La sensación de derrota es absoluta. Joel se queda en el medio, mirando hacia el piso.
Las luces se apagan. Queda una luz muy débil sobre Joel. No se ve más.

Pasan momentos de silencio y oscuridad. En eso, el público siente una avalancha de emociones, rabia, desolación, frustración, tristeza. Personas del público se ponen a llorar, otras gritan de furia, otras golpean las butacas del frente. Algunos abandonan el recinto. Eventualmente todos se calman.

Joel no se ha movido. Levanta la cabeza, y, en silencio, sale del escenario. Se apaga la última luz.

Fin de Escena
Fin de Acto
Fin de Obra

10 comentarios:

El Tunche dijo...

mmmm
Ganaron los malos...
Y de donde escribes tus posts ahora?
Bueno en fin, moraleja: Nunca confiar en los checos ni en los brasileros de nombre apellidezco.

Anónimo dijo...

pa mi q el poli y el "sujeto" estan compinchaos, son colegas, o pasan droga juntos o algo... pero ese poli es un... corrupto!
(weno, a lo mejor es simplemente funcionario, es decir, un inutil) y el recepcionista too?? tiene muchos amiguitos Mr. Anderson... (pa mi q son todos virus... o un fallo en Matrix)

Me pregunto si para ser poli basta soltar frases tipo: "motivos egoistas" o "en españa uno hace lo q kiere"... qué segura me siento con estos hombres en la calle...!!! pero segura porq procurare q no me pase nada, no vaya a ser q me violen y no tenga pruebas, es decir, q no me haya kedado con la polla del tio en la mano!!! weno, podria robarle la cartera donde guarda el DNI pa q lo identifiken, pero entonces lo que tendria es una prueba de que HE ROBADO y me encarcelarian a mi...

te lo he dicho, deberias contratar a Machete...

Anónimo dijo...

Salud

La pregunta del millón es: ¿Qué esperabas conseguir llevando a Anderson a la policía? ¡Y más después del finalizado periodo de oficina!

Con lo de las pruebas, debiste decir, "sí, circunstanciales, él tuvo acceso a la llave del piso y la laptop desapareció del departamento a una hora en que no se encontraba nadie" y listo, al menos te quedas más pancho que el hambre.

Ahora, qué borde el PGGC, aish, con lo poco que cuesta ser amable.

En fin... (Faltaría el acto donde pillas a G dándole las gracias a A por servirle de cómplice.)

Hasta luego ;)

supernena4 dijo...

Bueno, yo decir, vamos, que yo digo que estoy en todo de acuerdo con Jomra, en lo de: Para qué lo lleváis a comisaría? Y me gusta lo de las 'pruebas circunstanciales', aunque no sirvan de mucho (alguien se acuerda de las huellas digitales en el mouse y el ratón?).

También de acuerdo con Jomra y con Esther en lo de qué majos son los polis!!

Y por supuesto, todavía tengo recelo por si el acto que Jomra nombre pudiere ocurrir: G dándole las gracias a A... A la mierda con todos!!

Yo sé que ahí no acaba la historia, o no del todo, pero entiendo que quieras cerrar el telón, eso sí, aún con toooodo el relato contado, tan incabada sentimos que queda la obra como la situación en sí misma: esperaremos el justo final!!

Mauricio Bustamante dijo...

Final digno del teatro del absurdo. Sigo pensando que el plan fue ideado por el viejo mafioso, a.k.a. Bill.

Luciano dijo...

Es un poco cruel sacarle en cara a Joel lo poco productiva de su incursión con la policía.

Aunque sea cierto.

En realidad, no se podía lograr nada llevando casi a la fuerza a un individuo q fácil no tenía nada q ver en el asunto. La policía no hizo más q lo q tenía q hacer, más allá de q hayan sido amables o no.

Balance:

1. Guilherme & Mari: "perdieron" a un amigo. No parece q haya sido tan amigo, en todo caso eso les servirá de lección para tener más cuidado con quienes invitan a su piso.
2. Chicocheco: es el q mas pierde. Se descubrió q oculta algo y va a tener q mudarse, fácil incluso antes de q termine su labor mafiosa en esa ciudad.
3. Anderson: se lució de lo lindo en toda la historia. Ahora solo tiene un piso menos donde caer cuando se le acabe el dinero. Probablemente en unos años termine muerto x alguna mafia casinesca.
4. Joel: ganó una historia q sería perfecta y digna de genialidad si efectivamente saca su laptop de debajo de la cama, la vende y con ello se compra una macbook. El precio: dejar ahora sus cosas BAJO LLAVE y subir el threshold de confianza hacia sus cercanos.

Muy buena historia eh! Y sobre todo, muy bien contada. Seguro q no hay un epílogo? Fácil algo así como "tres meses después..." :P

Mauricio Bustamante dijo...

Tres meses después, Joel descubrió que su laptop se había caído detrás de la cómoda.

El PGGC siempre lo intuyó, pero como se respeta el derecho de las laptops a caerse donde quieran, no dijo nada.

Joel Jones Pérez. dijo...

Gracias Luciano por la solidaridad. En mi defensa, dejo la conversación con Takashi, donde queda en claro mi falta de expectativas con respecto a la visita a la policía (¡ya pes, que esté en inglés no significa que no deba ser leído!).

Escuché por ahí que Anderson ha sido golpeado ferozmente por alguien a quien le robó droga. No me pregunten cómo me he enterado, que no quiero recordarlo.

Los que no están enterados deberían saber que hubo un episodio adicional en la comisaría de Tránsitos. Anderson llamó a Guilherme para amenazarlo (por haberle acusado con la novia). Incluyó a la Mari y a mi en la amenaza. Ahí nos enteramos que el policía del demonio nunca registró los datos de Anderson. Por suerte el policía que nos tocó fue mucho más razonable... aunque hasta el momento no nos llaman del juzgado para testificar (cosa que esperábamos, claro).

Esther, si me consigues el telefono de Machete lo contrato. Y mejor aún, ¡te lo presento!

¡Y no, no está detrás de la cómoda! ¡Ni debajo de la cama! ¡Ni en la cocina! ¡Ni en el baño! (Y en serio busqué ahi)

Pos na', a ver si pa la próxima les tengo algo más cómico.

Anónimo dijo...

harias realidad una de mis mayores fantasias sexuales... jajaja

sabias que con 8 años probó la marihuana, y luego la heroína... y que pasó por todas las cárceles que existen en California en sus veintes??

una perlita, vamos... como el anderson... y ahora combate el crimen...!!!¿¿?

...¿tu ves a anderson el dia de mañana reconvertido al buen camino como Machete o crees que su destino viene marcado por su nombre y nunca dejara de ser un virus???...

para "Dilemas Filosofales Absurdos" se despide: Estherminator... devolvemos la conexion

Joel Jones Pérez. dijo...

Parece que no sólo Machete probó la marihuana a los ocho... digo, digo...

Pero Machete no combate ningún crimen, oye. ¡¡¡Tan solo quiere venganzah!!!

(Sí, la 'h' está ahí a propósito)